La Fundación CB no solo mantendrá su patrocinio en la próxima Feria del Libro de Badajoz, sino que en esta nueva edición contará con un estand propio bautizado como La Casa de las artes y las letras, cuyo contenido gestionará de manera conjunta con la Concejalía de Cultura. Este espacio albergará presentaciones de los libros que la entidad edita pero, sobre todo, actividades dirigidas al público infantil y juvenil, en las que se estarán representadas todas las disciplinas artísticas.

Esta nueva forma de colaboración que se estrenará en la feria del libro responde al «imperativo» marcado por el patronato de la Fundación CB, cuya voluntad es que de manera progresiva la entidad se implique en la toma de decisiones y desarrollo de las actividades culturales que patrocina a otras instituciones. «No somos una caja que subvenciona, sino que queremos ser más y ayudar en el desarrollo cultural de la ciudad», justificó su presidente Emilio Vázquez, quien subrayó que la fundación cuenta con experiencia suficiente como para ir adoptando poco a poco este nuevo papel.

La feria del libro es una de las actividades culturales, junto con los Premios Ciudad de Badajoz o la Noche en Blanco, a la que se destinan los 60.000 euros que anualmente aporta la Fundación CB al Ayuntamiento de Badajoz. El alcalde, Francisco Javier Fragoso, y Vázquez, firmaron ayer la renovación de este acuerdo, acompañados por la concejala de Cultura, Paloma Morcillo, y el director general de la fundación, Emilio Jiménez.

Fragoso destacó el compromiso demostrado por la entidad durante años con el ámbito de la cultura y de las capacidades diferentes, que ha mantenido incluso cuando sus ingresos han sido prácticamente nulos en los tiempos de crisis. Añadió que el apoyo de la Fundación CB es «el más importante» de la sociedad civil con el que cuenta la agenda cultural de Badajoz, contribuyendo así a que esta sea la más destacada del suroeste ibérico.

Por su parte, Emilio Vázquez reconoció que, pese a las limitaciones económicas de los últimos años --ahora cuentan con una décima parte del presupuesto que tenían cuando era obra social-, han aprendido a gestionar sus recursos para continuar apoyando el desarrollo cultural de la ciudad que da nombre a la fundación y a la que están «obligados» a devolver parte de lo que les ha dado.