Atesora más de 200 obras de arte entre pinturas, esculturas y piezas de orfebrería, además de documentos y legajos procedentes de hasta ocho conventos. El Monasterio de Santa Ana guarda un «tesoro» por descubrir, que la Fundación CB quiere sacar a la luz y recuperar para la ciudad. Con este propósito, a través de una de sus becas para universitarios, la entidad está desarrollando un proyecto de catalogación y digitalización de los fondos artísticos y documentales del monasterio, que ahora conmemora sus 500 años. Una vez que concluya -se inició en el 2018 y se prolongará durante un año más-, se editará un catálogo y la Fundación CB planteará a las responsables de la orden que su museo abra de manera permanente al público, para lo que la entidad se encargaría de adecuar los espacios, con el objetivo de que los visitantes no interrupieran la actividad habitual de estas religiosas de clausura, y subvencionar un puesto de trabajo para que una persona se encargara de este espacio museístico.

El presidente de la Fundación CB, Emilio Vázquez, acompañado por sor Celina de la Presentación Sosa Monsalve, encargada de los archivos, la historiadora del Arte Paola Cortés, beneficiaria de la beca, y Miguel Ángel Vallecillo, doctor en Historia del Arte y coordinador del proyecto, informaron ayer del trabajo que se está realizando. De momento, se han catalogado unas 25 obras de arte y a través de la documentación se ha podido aclarar de dónde proceden o cuánto costaron muchas de las piezas.

Entre los fondos del monasterio, además de numerosa documentación de distintos conventos de la ciudad y la provincia, según explicó Paola Cortés, se encuentran obras tan relevantes como dos cuadros de Palomino, pintor coetáneo de Velázquez y tratadista: una Dolorosa, cuyo boceto está en el Museo del Prado, y otro de Santa Rosa de Lima. Además, hay un cuadro de un Cristo amarrado que pudiera ser del taller de Luis de Morales y piezas de orfebrería de Manuel García Crespo, considerado el mejor orfebre de la Escuela Salmantina, entre muchas otras.

Todos coincidieron al destacar el papel vital que sor Celina ha tenido en la conservación y restauración de los bienes del monasterio. A ella, la Fundación CB dedicará uno de sus libros dentro de la colección de personajes singulares de Badajoz.

Ahora, por el 500 aniversario, las religiosas abren de manera puntual su museo, con un centenar de obras, y hay lista de espera para asistir a las visitas guiadas que se organizan.