El balance de la fiesta de Los Palomos ha sido "redondo", tanto para el superintendente de la Policía Local, Rubén Muñoz, que destaca que el sábado no hubo incidentes importantes, como para la organización, la Fundación Triángulo, que dada la magnitud que ha alcanzado esta celebración en su sexta edición, va a empezar a trabajar ya en una mayor implicación de las administraciones para poder contar con mayor financiación, acorde a la rentabilidad que supone para la ciudad y para la región, según avanzó ayer su presidente, José María Núñez.

El presupuesto de este año, pendiente de cierre aún hasta conocer los ingresos en las barras, rondará los 120.000 euros. La Junta de Extremadura aporta 95.000 euros y, el ayuntamiento, 2.500 de subvención más otros gastos de producción que asume. Núñez destacaba que la organización de Los Palomos está muy medida con una estructura que mantiene desde hace tres años. Para el presidente de la Fundación Triángulo, a la vuelta de esta última edición habrá que sentarse con la Junta y el ayuntamiento a analizar el efecto de la inversión y la rentabilidad respecto a otras actividades que se organizan en la ciudad con mayor financiación pública, además de intentar buscar más implicación privada.

Con más fondos, Fundación Triángulo podría mejorar la producción, sobre todo la de Puerta Palmas. En la Alcazaba los gastos son muy elevados por la seguridad del público y del patrimonio. Sólo el escenario ha costado más de 14.000 euros. Además, la organización quiere subir "el perfil" de los artistas que intervienen "porque los de coste medio se nos están agotando". Por otro lado, intentarán reforzar las actividades del viernes para atraer más público todo el fin de semana. "Una pequeña inversión en Los Palomos puede tener muchísimo impacto en la ciudad", recalcó Núñez, ya que la marca está ya muy consolidada en el ámbito nacional y es un claro referente. De ahí a que aspiren a seguir creciendo para la reivindicación del colectivo LGTB y para el proyección de la ciudad y de la región.

La aportación privada a Los Palomos no es muy abultada, aunque "viene bien" porque todo suma y hay gastos que las administraciones no admiten, pues sólo sufragan "la estructura". Núñez apuntó que llegan "muy ajustados", de hecho piensa que una productora privada no lo organizaría nunca con el presupuesto que tienen. Si lo consiguen es a costa de un enorme esfuerzo del equipo técnico, con un importante peso de los voluntarios y tres personas que se contratan un par de meses a tiempo parcial para la producción y la prensa, medios de comunicación y redes sociales. En las últimas ediciones, los djs cobran una gratificación de 200 euros y sólo algunos perciben un caché, aunque muy ajustado. En esta edición han sido Amparo de Amparanoia (4.500 euros), la Fundación Tony Manero (7.000 euros), Rozalem (compartido con la productora del concierto), Sofía Cristo (1.200 euros), Dj Milky Way (1.200 euros) y Que Trabaje Rita (4.500 euros).

Los datos sobre la participación en esta última edición fluctúan. Según la policía local, entre las 22.00 horas y las 00.00 horas, que fue el periodo de mayor presencia en la calle, en el escenario de Puerta Palmas había 16.000 personas y 3.500 en el de la Alcazaba, cuyo aforo alcanzó el 40%. En total, unos 20.000 participantes. Según la organización, rondaron entre 26.000 y 27.000. Sea cual sea la cifra, Núñez afirmó que "no se puede decir que hubiese poca gente", aunque la afluencia fuese algo menor que el año anterior en Puerta Palmas y mayor en la Alcazaba, según su percepción.

En el escenario de arriba fue difícil convencer al público de que a las dos de la madrugada terminaba la fiesta y, abajo, se cerró a las 3.15, porque a las tres de la madrugada la policía pidió que no se acabase en seco debido a que había demasiado público.

El superintendente destacó la ausencia de incidentes y quiso felicitar a todos los servicios que participaron en la seguridad y la estrecha colaboración con la que trabajaron. Por su parte, Cruz Roja, que estuvo con 48 voluntarios, intervino en 69 asistencias, con 6 personas derivadas a centros hospitalarios, pero ninguna de gravedad.