La próxima semana saldrán a concurso las obras de rehabilitación del edificio de La Galera. Con las elecciones por medio y los habituales retrasos deberíamos estimar que se inaugurará en la Noche en Blanco del 2020. Deberíamos también pensar que su entorno puede haber cambiado significativamente para entonces. Esperemos que ya estén en marcha todas las actuaciones previstas en El Campillo, tanto la gran obra de reurbanización como los 10 pequeños edificios que están a punto de comenzar.

Tantos años esperando para ver esto, que estoy deseando ver las grúas impactando en el paisaje urbano, iluminadas de colores con leds, y en Navidades llenas de bombillas. Será todo un espectáculo efímero, pero para muchos muy ilusionante y esperanzador.

Conocí La Galera siendo Museo Arqueológico, donde me llevaba de niño mi padre contando mil historias y entusiasmándome con el pasado de Badajoz. Con el colegio íbamos a visitar los jardines y recuerdo algún concurso de pintura en el que participé. Desde entonces me enamoré de este espacio. Siempre lo consideré el lugar más bonito y romántico de Badajoz. Estuvieron cerrados muchos años y más de una vez me salté la valla para explorarlos. Entonces solo se podían ver si conseguías subir a la Torre de Espantaperros.

Cuando los abrieron de nuevo en el año 2007 pensé que supondría un hito para el descubrimiento de la ciudad por los pacenses.

Escuchabas comentarios que decían que parecía que estabas en la Alhambra. Pero siguió siendo un lugar desconocido para la mayoría. Probablemente el entorno y la accesibilidad no invitaban a visitarlo. Solo se veían con gente la Noche en Blanco o con motivo de visitas guiadas. Entonces muchos badajocenses lo descubrían y se sentían orgullos de la ciudad.

Ahora se da un nuevo paso. El edificio se rehabilita y se pondrá en uso para actividades culturales, sociales o protocolarias. En poco tiempo el entorno puede ser también emblemático. En el año 2000 murió mi padre y muchas veces me dijo que le gustaría ver esa zona rehabilitada, pero él no pudo verla. Parece que ya ha llegado la hora. Pero lo parecía hace cuatro años también. Espero que dentro de cuatro años no siga todavía con este mismo deseo. Yo quiero verlo.