El presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, anunció ayer que «abdicamos de liderar la segunda fase de recuperación del antiguo hospital provincial» --el 55% del edificio, 14.000 metros cuadrados--, y lo pone «a disposición del ayuntamiento para que decida los usos y ejecute sus propuestas, siempre de carácter público y con dotación presupuestaria propia». Renuncia a liderar el proyecto de carácter mercantil en el que ha trabajado desde la legislatura pasada «con lealtad y consenso», si bien se concluirá la primera fase, el 40%, con el mercado gourmet y la Escuela de Idiomas,

La decisión supone renunciar a la negociación de la posible ubicación de Mercadona y abrir la posibilidad de acoger el centro de salud, si el ayuntamiento lo propone y lo acepta el SES. Y aclaró que según los técnicos, «hay que derribar los forjados, respetando la fachada, un trabajo de gran complejidad técnica y costoso». Tanto que, dijo «puede ser salir el metro cuadrado a precio de oro». Y recordó que esa obra la habría hecho la empresa privada que ganara el concurso.

FILTRACIONES / «No podemos seguir con este proyecto sin tener como aliado al ayuntamiento», pues «vimos que con maldad se filtraba información de empresas interesadas en participar en la segunda fase, no solo Mercadona, varias, cada cual más interesante y con proyectos de vida que ahora se alcanzarán». Eso «colmó el vaso de la paciencia», dijo.

Gallardo reprochó al ayuntamiento su «deslealtad con un proyecto en el que estábamos de acuerdo desde el consenso alcanzado en 2016, descartando el uso sociosanitario y para destinar el edificio a un uso mercantil que genere riqueza, empleo y le dé vida no solo de ocho a tres»; y en el que ha invertido 2,5 millones.

El presidente se reunió con seis colectivos, de comerciantes del Centro y Menacho, y vecinos del Casco Antiguo, Pardaleras, Santa Marina y SOS Casco Antiguo, encontrando «gran diversidad de pareceres e ideas para la segunda fase que ya no liderará».

«Hemos visto un cambio de postura repentino por parte del alcalde; nosotros hemos mantenido una posición firme, abierta y transparente. Quiero pensar que todo lo que ha pasado es por la situación de la ciudad con un gobierno sin mayoría», dijo Gallardo, Y que supo «que el proyecto se quebraba» a raíz del cambio de actitud del alcalde en enero pasado, del que se enteró por la prensa. «No hubiera imaginado que el responsable de no hacer un centro de salud fuese la diputación».

TRISTEZA / La diputación renuncia a la segunda fase del proyecto del hospital «por la falta de liderazgo del ayuntamiento, y estamos abiertos a que se haga la mejor para la ciudad, de carácter público, y con consignación presupuestaria, ya sea un centro de salud, un geriátrico o una discoteca pública»,

También indicó que «el dinero no saldrá de la provincia, sino que deberá salir del ayuntamiento», aunque se les cede el uso del espacio, «conforme vayan decidiendo el proyecto se les irá cediendo espacio».

Dijo tener «un sentimiento de tristeza porque perdemos la posibilidad de convertir Badajoz en punto de encuentro». También por no haber sido correspondido con la lealtad que él ha profesado, pues «nunca hemos dado un paso ni anunciado nada sin hablarlo antes con el alcalde; nosotros nos enteramos de sus decisiones por la prensa».

PROCESO DE DESLEALTAD / Sobre si la decisión es anterior o posterior a la reunión con los colectivos, el presidente afirmó que «se fragua en un proceso de deslealtad institucional. Pues decir que la diputación prefiere un supermercado a un centro de salud es poco respetuoso, pero si lo explicas, no hay lugar a incertidumbre, salvo que quieras reventar un proyecto». Y desveló que invitó dos veces al alcalde a ver las obras y no ha respondido. Por ello, añadió: «damos por cerrado un ciclo de deslealtad infinita».

Ahora, si el ayuntamiento no decide nada o no hace nada «se demostrará que no quería resolver un problema, sino crear un problema», dijo el presidente de la diputación, y ratificó que el proyecto de supermercado queda cerrado.

Gallardo afirmó que aún no ha hablado con el alcalde para comunicarle la decisión; sí lo hizo con el presidente de la Junta, «que era un entusiasta, como yo, de este proyecto». Y lamentó la importante pérdida de puestos de trabajo que esto supone.