Miguel Ángel Gallardo se rinde. La Diputación de Badajoz, como propietaria del edificio, va a culminar la primera fase de rehabilitación del Hospital Provincial, que supone el 40% del inmueble, y del resto que se encarguen otros, en concreto el ayuntamiento. Y todo porque el alcalde, Francisco Javier Fragoso, lleva meses defendiendo que el centro de salud de Los Pinos debería reubicarse en el mismo lugar que ocupó en este histórico edificio, en sintonía con las asociaciones de vecinos de los dos barrios de los que proceden sus usuarios. Gallardo ha entendido la postura de Fragoso como una deslealtad hacia un proyecto que consideraba consensuado y ha dicho ‘hasta aquí puedo llegar’. El presidente de la diputación se ha encorajinado y a la vista de que todos los avances en la operación de futuro del antiguo hospital solo suscitan quejas y posturas en contra, ha tirado por la tremenda y se ha plantado. ‘A partir de ahora que se encarguen otros, que yo ya no aguanto ni una más’.

La gota que ha colmado el vaso tiene que ver con que esta semana ha trascendido que la diputación lleva un tiempo negociando con Mercadona para que la cadena de supermercados se instale en la esquina del edificio donde antes estaba el centro de salud, que es precisamente la de más moderna factura y la que en peor estado se encuentra, pues tiene que derribarse por completo su interior conservando la fachada. Gallardo había pensado -y así había defendido- que fuese la iniciativa privada la que se encargase de rehabilitar este espacio y, según ha contado esta semana, estaba negociando con Mercadona y con otras empresas. Tras hacerse públicas las intenciones de la cadena de Juan Roig, salieron a la palestra colectivos y partidos a los que no les cuadra esta opción con un edificio histórico. Pero no sería el primero ni el último. Por poner un ejemplo, reciente además, a finales del año pasado se inauguró el primer Mercadona de la Ciudad Autónoma de Melilla, en el edificio de la Casa Montes que data de 1926 y está considerado Bien de Interés Cultural dese 1986. Se han creado 105 puestos de trabajo.

Existen muchos otros casos de inmuebles históricos que han vuelto a la vida cuando de ellos se han hecho cargo entidades bancarias o compañías aseguradoras para convertirlos en sus sedes. En Melilla la inversión fue de 9 millones de euros. Total nada. Una aportación privada de una empresa seria que ha demostrado que no se equivoca haciendo negocios y que dotaría de viabilidad al mercado gourmet previsto en la planta baja del Hospital Provincial, si es que no está garantizada. Mercadona sería lo que Primark en El Faro.

Pero tanto revuelo se ha armado, que Gallardo ha desistido. Según ha explicado, la diputación quería sacar la explotación del espacio a concurso. Ni eso ha podido hacer. El debate se ha enrarecido porque se han puesto sobre la balanza materias de distinta densidad que no se pueden comparar sin caer en la demagogia. Si una administración tiene que sopesar entre la rentabilidad económica y la social del patrimonio público, siempre prevalecerá la segunda. Si la esquina que ocupó el centro de salud fuese la única opción viable y posible para reubicarlo, entonces es comprensible y plausible que haya voces que insistan y hasta justifica cambios de criterio. Pero la Consejería de Sanidad, que es la que tiene que acometer la gran inversión de la rehabilitación y puesta en uso, aún no ha dicho esta boca es mía. Gallardo le ha abierto la puerta de par en par. Que la Junta hable ahora, porque no puede callar para siempre.