El ganador de la novena edición del premio Arturo Barea de investigación histórica, Angel Olmedo, dedicó ayer el galardón a las víctimas del franquismo que --dijo-- son las verdaderas protagonistas de su trabajo, Historia y memoria oral: guerra y represión en Llerena .

Olmedo señaló que éste era un trabajo colectivo, que representa a las personas represaliadas y a sus familias y mostró su agradecimiento a todos aquellos que le han prestado su colaboración, especialmente quienes han aportado su testimonio directo de los hechos y a los que hacen todo lo posible "por restaurar aquella memoria que se intentó borrar".

El ganador del Arturo Barea realizó estas declaraciones durante el acto de entrega del premio, dotado con 9.000 euros, que se celebró ayer en el salón de plenos de la Diputación. Su presidente, Valentín Cortés, comentó que tenía un "interés especial" en leer este libro por ser alcalde de Llerena y por su deseo de "normalizar desde el conocimiento una parte de la historia que ha estado oculta".

El presidente del jurado, Juan García, destacó que el trabajo de Olmedo sobresale por su "rigor científico" y el conocimiento que demuestra su autor sobre el tema. Asimismo, resaltó que se ha valorado que no aborde solo la represión franquista desde el punto de vista físico, sino que ha tenido en cuenta otras modalidades del fenómeno represivo, como la económica, psicológica o laboral.

El jurado recomendó además la publicación de otro trabajo finalista, La II República y la Guerra Civil en Guareña , de Juan Angel Rodríguez, por su "buena factura y altas dosis de academicismo".

Durante el acto, también se presentó la edición del libro con el trabajo que resultó ganador del Arturo Barea en el 2008, escrito por Manuel Díaz y María Jesús Milán. Una obra que rescata la figura de Ramón Tristancho, carpintero y periodista de Torre de Miguel Sesmero,fusilado en 1936.