TNto esperaba tardar mucho y dejé la olla puesta. Era fin de semana y aproveché para poner un cocido que, congelado en porciones, iría sacando poco a poco. Tenía que ir al campo del Vivero para grabar unas declaraciones a Miguel López Alegría , que hacía el saque de honor del partido entre el Badajoz y no sé qué otro equipo. Cogí el coche, llegué al estadio y busqué al personaje del día. Tenía tiempo. Nadie había aún en el césped. Me indicaron que el astronauta estaba en la zona donde se ubicaban las cabinas para las retransmisiones de las emisoras de radio. Y allí estaba efectivamente, pero los compañeros deportivos no lo soltaban. Pasaba de una cabina a otra mientras yo esperaba un turno que no me llegaba. Varias personas se lo llevaron hacia el campo de juego, dio la patada al balón y desapareció de mi vista. "En el descanso" me dijeron. Esperé mientras pensaba en los garbanzos. Aún tenía tiempo. El árbitro pitó, los jugadores marchaban hacia el vestuario y yo localicé a López Alegría. Con sus declaraciones a buen recaudo salí pitando hacia el coche ¡Imposible sacarlo, me lo habían encerrado! Con la matrícula apuntada en un papel, corriendo y con angustia creciente pensando en la olla cada vez con menos caldo, entré de nuevo en el estadio buscando al encargado de los altavoces para que avisaran al dueño del vehículo que me obstruía el paso.

También imposible. No había o no funcionaba la megafonía. El tiempo se me estaba acabando. Veía la olla explotando, la tapa rompiendo el techo y los garbanzos, con todos sus avíos, esparcidos por el apartamento. No había por entonces teléfonos móviles, o al menos yo no lo tenía, y no podía avisar a un taxi. Con el corazón palpitando me encaminé de nuevo a la salida y, ¡por fin!, me llegó el auxilio. Unos policías estaban de servicio y a ellos pedí socorro. "Por favor, ayúdenme, se me queman los garbanzos".

Y así llegué a casa. En coche patrulla mientras aquellos amables agentes procuraban tranquilizarme. Justo a tiempo. Aún quedaba caldo, poco, pero quedaba.

Dedico este recuerdo al Viejo Vivero.