El gasto de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz ascendió el pasado año a 8.865.000 euros, según explicó ayer su ecónomo, Julián Peña, durante la presentación del Día de la Iglesia Diocesana que se celebra el domingo. El ecónomo, que estuvo acompañado por el arzobispo, Santiago García Aracil, indicó que estos gastos se sostienen con los recursos obtenidos en un 47% de las aportaciones de los fieles, un 25% de la asignación tributaria de las cuotas del IRPF, un 13% de las aportaciones que realizan los sacerdotes con cargos fuera de la labor episcopal, como maestros o capellanes, un 12% de las colaboraciones con entidades públicas y privadas y un 3% de los recursos propios.

Estos fondos se destinan al mantenimiento del clero, formado por 312 sacerdotes que cobran entre 700 y 800 euros mensuales, el mantenimiento del culto y la actividad litúrgica, así como al ejercicio del apostolado y la caridad.

En cuanto a la celebración del Día de la Iglesia Diocesana, García Aracil señaló que su objetivo es la toma de conciencia de pertenencia a la Iglesia de Badajoz como unidad, "y la constatación de que no es autosuficiente y necesita el apoyo de todos".