Desde hace tiempo venía escuchando al alcalde de Badajoz contar que cuando Carlos Sánchez Polo era vicepresidente de la Junta llegó a decir que los que quisieran ir en autovía desde Badajoz hasta Cáceres, podían hacerlo pasando por Mérida. Un argumento irrisorio en sí mismo. Pero el PSOE en la diputación volvió el viernes a esgrimir esta excusa, entre otras, para oponerse a desdoblar la carretera.

Puede ser que el tema se haya desvirtuado las últimas semanas, por la coincidencia de un proceso electoral, que siempre excita a los políticos. El tema de la autovía no es nuevo, pero hay que recordar que en esta nueva etapa reivindicativa fue IU en el Ayuntamiento de Badajoz el que sacó a flote la cuestión y logró que su iniciativa se aprobase por unanimidad, con el apoyo sorpresivo de los socialistas pacenses que, claro que sí, aclararon que no se oponen a mejorar esta carretera, aunque no pusieron fecha.

Después de este debate municipal, las reacciones se han ido sucediendo hasta llegar a la parodia por los jóvenes del PP, que el otro día pusieron la primera piedra de esta obra cada día más imposible. Empiezo a ver claro que hasta que no gobierne el mismo partido en Cáceres, en Badajoz y en la plaza del Rastro de Mérida, todo se quedará en gestos simbólicos.