Los gitanos demostraron ayer que pintan, y mucho. Alejados de estereotipos, dedicaron ayer parte de su día, el Día Internacional del Pueblo Gitano, a visitar la exposición que se inauguró en el Museo de la Ciudad titulada Llereles , que en romaní significa colores, "una palabra con la que se identifica al gitano", según Pablo Silva, comisario de la exposición.

Muestra 27 cuadros de tres pintores gitanos con raíces extremeñas: Diego García Salazar, nacido en Villafranca de los Barros, aunque reside en Reus (Tarragona); Lourdes Vega Saavedra, que aunque nació en un pueblecito portugués reside en Almendralejo; y Antonio Suárez Saavedra, natural de Fuente de Cantos pero vecino de Badajoz.

Acoge distintos estilos (impresionista, hiperrealista y realista) e incluye desde bodegones, a paisajes y figuras humanas, "pero en todas las obras predomina la luz y el color".

Llereles ha sido organizada por la Fundación Secretariado Gitano y el ayuntamiento con el fin de que "tanto los que exponen como los que vienen a ver rompan con los estereotipos", según Pablo Silva, quien reconoció que aunque pueda parecer inusual que el gitano pinte, "porque siempre se le relaciona con el mercadillo y la furgoneta, hay muchos gitanos pintores y escultores".

Esta exposición "es una manera de demostrar a los que no son gitanos que valemos para otras cosas", señaló Lourdes Vega, quien reconoció que es autodidacta y pinta "para introducir algo diferente en la vida y huir del estrés y los agobios".

Después de la inauguración de la muestra, se celebró la ceremonia del río en el embarcadero, en la que participó un grupo numeroso de gitanos, que como indica su tradición arrojaron pétalos de flores al río en recuerdo al éxodo de su pueblo.

En Badajoz residen actualmente unos 3.000 gitanos.