El concejal de Hacienda, Alberto Astorga, anunció hace un año que el ayuntamiento estaba estudiando la posibilidad de implantar una nueva tasa que gravara a las empresas de telefonía por la instalación de antenas. Es una tasa que ya han aprobado otros ayuntamientos y que está sujeta, como la de cajeros automáticos, a recursos y a sentencias contradictorias dependiendo del tribunal superior de cada comunidad autónoma que resuelve. Por eso, de momento, el equipo de gobierno del consistorio pacense está esperando a que haya una jurisprudencia más concreta para poder implantarla "con más seguridad".

Según calculó en su momento el concejal, el Ayuntamiento de Badajoz podría ingresar por esta nueva tasa unos 600.000 euros, teniendo en cuenta la capacidad recaudatoria de Burgos, cuya población es algo superior. Pero el equipo de gobierno no se plantea en la actualidad la aprobación de nuevas figuras impositivas para compensar el descenso de ingresos a las arcas municipales los últimos años. Astorga apunta que la capacidad recaudatoria de estas nuevas tasas "es muy reducida" y además la filosofía del equipo de gobierno es no implantar nuevos impuestos, sino mejorar la recaudación de los existentes.