Un grupo de padres se ha movilizado y ha reunido unas 70 firmas que ayer presentaron ante la Delegación del Gobierno y en el Ayuntamiento de Badajoz para reclamar que en la céntrica plaza de Conquistadores haya un servicio de vigilancia policial como medida preventiva y disuasoria que impida que se repitan en este entorno las peleas que se han vivido las últimas semanas y que han dado lugar incluso a agresiones a menores. Estos altercados han tenido lugar viernes o sábados por la tarde, que es cuando esta plaza registra mayor concentración de familias y pandillas de adolescentes.

En el escrito que han presentado acompañado de las firmas, estos padres explican que en esta plaza se dan cita niños de la ciudad de todas las edades y «suele ser un lugar muy agradable, de convivencia, en el que los más pequeños juegan por la plaza y los de mayor edad pasean y charlan con sus amigos». También para los padres es un espacio «ameno de conversación». Sin embargo, aducen que han observado que la situación está cambiando «desde hace un tiempo» y apuntan que tienen que haberlo constatado los responsables de la seguridad ciudadana, pues «en los últimos meses se ha requerido la presencia policial en más de una ocasión cada fin de semana».

Estos padres cuentan que hay pequeños grupos que molestan e «intimidan» a niños que transitan o se encuentran en la plaza con sus amigos y, por otra parte, «nos da la impresión de que se agrupan y se citan para provocar peleas entre ellos», manifiestan.

Han sido varios los conflictos que han dado lugar a que estos padres se muestren preocupados y busquen una solución que evite males mayores. El primero del que tienen referencia ocurrió el viernes de Carnaval, cuando una menor agredió a otras dos hermanas, una de las cuales sufrió erosiones en la cara. Sus padres llegaron a interponer una denuncia. El acoso de la agresora ha continuado hasta en dos ocasiones más en la misma plaza, donde las ha vuelto a increpar, según cuenta su madre, Ana Rodríguez, que reconoce que no pueden evitar preocuparse y que cuando sus hijas salen está continuamente pendiente del móvil. «Estamos tensas», admite.

Otros padres reconocen que cuando conocieron este caso no pensaron más allá de que fuese un hecho aislado, «pero hemos ido sumando distintos sucesos desde entonces», relata Myriam Nieto. El viernes 15 de marzo se produjo otro altercado, una pelea entre dos que dio lugar a que se concentrasen muchos jóvenes a su alrededor. Rápidamente acudieron vehículos policiales y el enfrentamiento no fue a más. La Policía Local de Badajoz manifestó entonces a este diario que había sido un «amago de pelea». Otra madre, Matilde Fernández, cuenta lo sucedido otro viernes posterior, cuando su hijo estaba con dos amigos en la plaza. Uno de ellos estaba siendo atosigado por otro y reaccionó con un manotazo. Ya estaban con sus padres y aparecieron detrás «un montón» de niños de distintas edades. Matilde calcula que «por lo menos eran cincuenta» y no se sentían intimidados por la presencia de los adultos, al contrario. Estuvieron un buen rato discutiendo entre ellos y hostigando y provocando a los padres, «Fue una situación tan rocambolesta y tan súbita», recuerda. Pero como no les hicieron caso ni reaccionaron, poco a poco se fueron disolviendo. Al cabo de un rato llegó un coche policial y se alejaron de la plaza.

El último hecho preocupante del que estos padres tienen conocimiento ocurrió el jueves de la semana pasada. Esa tarde había muchos niños en la plaza porque ya disfrutaban de las vacaciones de Semana Santa. Sucedió entre las 18.30 y las 19.30 horas. Un menor que estaba con varios amigos fue agarrado por otro que, en tono de broma, le pidió el dinero mientras le apoyaba en el costado una navaja, con la que llegó a rajarle el abrigo. Tras lo ocurrido, al día siguiente, por la tarde, un vehículo de la Policía Nacional permaneció estacionado en el interior de la plaza hasta en tres ocasiones y los agentes llegaron a llamar la atención de varios adolescentes. Sin embargo, la Policía Nacional aseguró ayer a este diario que no existe ningún dispositivo especial y que a la plaza acude la patrulla que recorre la zona.

«Lo que queremos es que la policía siga yendo como medida disuasoria», insiste Myriam Nieto. Esta madre argumenta que Conquistadores era un espacio tranquilo, sin tráfico, donde los padres se relajaban mientras sus hijos tenían cierta autonomía, jugaban o charlaban con sus amigos, pero ahora los niños se sienten intimidados y los padres «tenemos que estar vigilantes ante el temor de que surjan conflictos».