Si hace tan solo unos días los vecinos de Suerte de Saavedra presumían del huerto del colegio Manuel Pacheco, donde acababan de sembrar hortalizas de temporada, el fin de semana este espacio ha sido motivo de disgusto para ellos. La razón es que la madrugada del sábado un grupo de jóvenes ha destrozado entre el 80 y el 90% de este terreno de unos 60 metros cuadrados, llevándose por delante las coles, lechugas, acelgas, brócoli y puerros, y la ilusión de muchos de los alumnos que han trabajado en el huerto desde que comenzó el curso.

Fernando Gonçalbes, presidente de la Asociación de Vecinos de Suerte de Saavedra, que promueve esta iniciativa en colaboración con el colegio, explicó ayer que los destrozos fueron causados por jóvenes que accedieron al recinto del Manuel Pacheco la noche del sábado, donde hasta bien entrada la madrugada estuvieron «de fiesta». Los restos de basura, botellas de alcohol y hasta de hogueras en el aparcamiento dejaron buena cuenta del paso de «estos desalmados» por el centro educativo.

El presidente vecinal se quejó de que pese a que fueron «muchos» los vecinos que dieron aviso a la policía local al ver a los vándalos en el interior del colegio, «no fue ni una patrulla», denunció. Por este motivo, y para reclamar que se incremente la presencia policial en la barriada para evitar que se repitan incidentes como este, la asociación ya ha solicitado una entrevista con la delegada del Gobierno, Yolanda García Seco, y las concejalas de Policía Local y Colegios, María José Solana y Lara Montero de Espinosa, respectivamente.

Pese a los importantes daños causados en el huerto del colegio, ni los vecinos ni el centro educativo van a desentenderse de este proyecto y hoy mismo volverán a preparar los surcos y a sembrar lechugas, alcachofas, zanahorias y espinacas con la ayuda de los alumnos. Ayer ya limpiaron el terreno y compraron las semillas. La asociación de vecinos defendió la importante labor que desarrolla el colegio en el barrio, donde los niños no solo van a aprender a leer y a escribir, sino a «convivir y respetar», por lo que no merecen ser testigos de destrozos como este.