Aunque los pacenses llevan semanas (si no meses) viendo el Guadiana crecido, es ahora cuando más agua lleva en lo que va de invierno. Según los datos recogidos por la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), ayer por la mañana pasaban por el azud 1.408 metros cúbicos, que llegaron la noche anterior a 1.500, una cantidad que supera el mayor pico recogido, el del pasado 5 de enero, cuando el caudal era de 1.380 metros cúbicos por segundo. Esta situación se debe a las incesantes lluvias, que también han provocado que la mayoría de los embalses de la cuenca extremeña del Guadiana estén aliviando agua.

En las presas con labio fijo (que carecen de compuertas) se está dejando pasar la misma cantidad de agua que están entrando, como es el caso de la de Villar del Rey, Canchales, Sierra Brava o Cubilar; mientras que las que tienen compuertas (Cíjara, García Sola, Orellana, Serena, Zújar y Alange) se van a ir abriendo poco a poco cuando sea estrictamente necesario para evitar daños y tratando de que el volumen que salga sea menor que el que entra. Ayer por la mañana empezaron a turbinar en Orellana y Zújar y con carácter interno entre Cíjara y García Sola y entre García Sola y Orellana.

El dato de ayer era que en la cuenca extremeña del Guadiana había almacenados 5.766 hectómetros cúbicos, el doble del agua embalsada el 21 de diciembre (eran 2.935), si bien todavía queda sitio para seguir almacenando, pues la capacidad de la cuenca en la zona media es de 7.800 hectómetros cúbicos. Hay presas como La Serena o Alange donde hay aún capacidad de embalse, pero dependerá del ritmo de las precipitaciones.

El presidente de la CHG, Eduardo Alvarado, quiso recalcar que "estamos en un proceso de normalidad" y aclaró que se está desembalsando en previsión de nuevas lluvias anunciadas para los próximos días, porque además muchos de los embalses están ya llenos o al límite. Alvarado subrayó que la existencia de los embalses permite controlar el agua para que circule lentamente, en algunos casos pasándola de unos a otros.

Los desembalses solo tienen que ver "una mínima parte" en el incremento del caudal del Guadiana a su paso por Badajoz, según Eduardo Alvarado, quien explicó que la principal causa son las escorrentías "tan intensas" por las precipitaciones que ha habido. Hay que recordar que en noviembre del 97 se registraron 4.480 metros cúbicos por segundo.

Respecto a la situación del Rivillas y el Calamón, el presidente de la CHG aseguró que "no hay que preocuparse tampoco" porque el cauce está dimensionado para absorber un caudal tan grande como el de la riada del 97. Ahora llevan 1 metro cúbico por segundo y su capacidad es para 700 metros cúbicos.