La operación de ámbito nacional que la Unidad de Control Operativo (UCO) de la Guardia Civil ha llevado a cabo contra una red de falsificadores de billetes de 100 y 200 euros ha culminado en Badajoz con la detención el pasado 18 de abril del cabecilla de la banda y otros tres miembros, todos de nacionalidad búlgara, en el centro comercial Conquistadores.

Como ya informó este diario en su edición del pasado sábado, los agentes de la UCO detuvieron a cuatro hombres en una tienda de telefonía móvil de la segunda planta del centro comercial en una intervención que causó cierto revuelo entre los ciudadanos que se encontraban en ese momento en el lugar. Los detenidos llegaron a Badajoz huyendo de la Guardia Civil, que logró seguirles la pista y localizarlos.

El cabecilla de la banda estaba alojado en un hotel de la ciudad. Los agentes registraron la habitación que ocupaba, así como su vehículo, en el que hallaron ocultos en un doble fondo 16.900 euros falsificados "con una excelente calidad", según informaron ayer fuentes de la Benemérita a este diario.

Además del jefe de la organización y los otros tres miembros detenidos en la capital pacense, la operación de la UCO, denominada Lamarina e iniciada a principios de este año, se ha saldado con 23 detenidos --la mayoría de Bulgaria-- en Alicante, Barcelona, Baleares y Valencia.

La investigación se inició tras las denuncias presentadas pequeños comerciantes de distintos puntos de España a los que les habían entregado billetes de 100 y 200 euros falsificados para abonar las compras realizadas en sus establecimientos. La Guardia Civil confirmó en el seguimiento de este caso que la organización había distribuido y cambiado estos billetes falsificados en establecimientos --la mayoría sin sistemas para detectarlos-- de varias comunidades autónomas, entre ellas Extremadura --aunque ayer no sé precisó en qué poblaciones--, Galicia y Murcia, así como en las provincias de Teruel, Barcelona, Burgos, Valladolid y León.

Las primeras investigaciones llevaron a la UCO hasta una vivienda de la localidad alicantina de San Vicente de Raspeig, que más tarde se constató que servía de base de operaciones a un grupo organizado para la distribución de los billetes falsificados. Tras establecer un operativo de vigilancia, se identificó al cabecilla de la red, al resto de miembros de la banda, otros domicilios y su métodos de actuación.

REGISTROS SIMULTANEOS La Guardia Civil detuvo inicialmente a dos personas de nacionalidad rumana en el aeropuerto de Valencia, donde iban a tomar un vuelo para salir del país tras haber comprado a la organización 10.000 euros falsificados en billetes de 200 euros. Posteriormente, se llevó a cabo el registro simultáneo de nueve domicilios en distintas poblaciones y ciudades, incluida la habitación del hotel de Badajoz en el que se encontraba alojado el cabecilla de la red que, según señalaron ayer fuentes del cuerpo, "no se encontraba en ese momento" y que fue localizado más tarde junto a sus otros tres compatriotas en el centro comercial. En la vivienda del jefe de la red, en San Vicente del Raspeig, también se intervinieron pasaportes, tarjetas de crédito y permisos de conducir falsos con la identidad de varios miembros de la banda.

En los registros, hallaron gran cantidad de documentación falsa y los últiles para falsificarla; soportes electrónicos con dispositivos de grabación para colocarlos en cajeros automáticos; ganzúas para abrir vehículos e instrumentos para el retroquelado de números de bastidor; pequeñas cantidades de droga (cocaína y cristal) y balanzas de precisión; y 27.550 euros en billetes falsos --incluidos los 16.900 hallados en el coche del jefe--.

MODUS OPERANDI Según explicó la Guardia Civil, los billetes falsos era transportados desde Bulgaria por los integrantes de la red en líneas regulares de autobuses. Si el traslado se realizaba con éxito, recibían dinero a cambio. La organización pagaba por las falsificaciones entre el 20 y el 35% del valor real de las cantidades que se introducían en el país y una vez en manos del cabecilla, éste las distribuía entre otros miembros y colaboradores para que llevasen a cabo operaciones comerciales.

Las investigaciones se han trasladao al Juzgado de Instrucción número 2 de Torrevieja (Alicante), encargado del caso.