Manuel Delgado, empleado de Excavaciones Delno, de Almendral, se disponía a iniciar su trabajo en las obras de desdoblamiento de la carretera de Valverde a las ocho de la mañana de ayer, cuando encontró dentro de una zanja el cuerpo de un hombre que permanecía inmóvil. Se hallaba en una posición extraña: parecía atrapado con la cabeza y los pies hacia arriba "como si se hubiera escurrido de un flotador", según algunos testigos, lo que confirmaron los bomberos que acudieron al lugar del suceso para rescatar el cadáver, pues estaba encajonado.

El fallecido es Emilio Maldonado, un vecino de Badajoz nacido en el 1946, de 62 años, pensionista que había padecido "depresiones", según un conocido suyo, y que residía en la comunidad de San Onofre, de la urbanización Las Golondrinas.

El hombre era conocido, según varios testimonios, como El alemán , porque había "trabajado muchos en Alemania, de donde se vino prejubilado". Manuel Delgado llamó a su jefe de obras, quien dio aviso al 112, y "enseguida se presentaron la ambulancia, la policía local y los bomberos", contó a este diario.

También acudió al lugar del suceso la jueza de guardia, quien dirigió la toma de datos sobre el terreno con la Policía Judicial y la Científica y ordenó el levantamiento del cadáver para su traslado al Servicio de Necropsias del Hospital Infanta Cristina, para practicar la autopsia y determinar la causa y la hora de la muerte.

ROCIO EN EL CUERPO El trabajador explicó que el hallazgo fue "hacia las 8.10 horas, cuando un peón que me acompañaba se disponía a realizar un trabajo y yo inspeccionaba el terreno donde estaba la fosa, que la noche anterior dejamos debidamente señalada y con todas las medidas de seguridad pertinentes".

El cuerpo del hombre presentaba signos de haber pasado, si no toda la noche en esa posición, "al menos varias horas, desde la madrugada, porque estaba doblado como una U y con la ropa cubierta del rocío de la noche", según Manuel Delgado.

LA ZANJA, PROTEGIDA La zanja donde cayó Emilio Maldonado se encuentra en la margen derecha de la vía en dirección a Valverde, dentro de la zona de trabajo en un futuro acceso a la rotonda de la urbanización. Tiene unos cinco metros de longitud, uno de ancho y 1,5 de profundidad, y estaba rodeada por contenedores trapezoidales de señalización de las obras, como los que delimitan los carriles de la carretera, y por una cinta que vallaba el perímetro, si bien no se veía ninguna señal luminosa.

Fuentes de los bomberos explicaron que la víctima podría haber pasado varias horas en esa posición, aunque "la falange de los dedos no presentaban la rigidez propia de llevar toda la noche, pero desde luego sí más de una hora, aunque eso lo determinará la autopsia". Sobre la posible rotura de miembros por la supuesta caída, dijeron que tenía "el cuello roto, al menos".

Se dio la circunstancia de que un cuñado de Emilio Maldonado que pasaba por la zona se acercó al lugar del suceso a preguntar si había ocurrido un accidente, y al saber de quién se trataba supo que era su familiar. Enseguida avisó a un hermano de éste y entre los dos identificaron el cadáver ante la jueza y la policía.

José María Rosa, vecino de la zona, conocía al hombre y contó que lo había visto "a las nueve de la noche anterior que cruzaba por aquí", señalando un lugar cercano. También José Luis Borrachero lo vio tomando "un café, hacia las 19.30 horas, en un bar ce La Banasta, donde vive su hermano".