Santiago Maldonado Morales, de 57 años, fue hallado muerto en la madrugada de ayer en la calle Virgilio Viniegra, que une el poligono industrial de Suerte de Saavedra con la BA-20, con más de cinco puñaladas, como confirmó a este diario el jefe superior de Policía, Angel Galán.

La alarma la dio un ciudadano que llamó al 091 para avisar de que había visto el cuerpo de un hombre tirado en el suelo, en medio de un charco de sangre. Eran las tres de la madrugada, pero según una hermana de la víctima el hecho habría ocurrido sobre las 23.30 horas de la noche anterior, como le dijo su sobrino.

Santiago Maldonado era soltero, estaba en paro, recibía un subsidio y tenía antecedentes. Presentaba signos de violencia y estaba cubierto de sangre al menos en tres zonas del cuerpo, lo que llevó a pensar a la policía en un principio que podría haber recibido tres puñaladas.

Pero también presentaba una herida ensangrentada en la cabeza, por lo que se temió que pudiera haber recibido un disparo, o que se la hubiera hecho en un forcejeo con el agresor, o al caer, pero estas posibilidades quedaron descartadas una vez que se limpió el cuerpo y se comprobó que tenía más de cinco puñaladas.

AUTOPSIA La policía dio aviso al juzgado de guardia y tomó pruebas hasta que llegaron el juez y el forense, que ordenaron el levantamiento del cadáver entre las seis y las siete de la mañana, para su traslado al Servicio de Necropsia del Hospital Infanta Cristina, donde se le practicó la autopsia y a donde se trasladó su familia, que recibió la noticia por la llamada de la policía a un sobrino, según explicó su hermana Enriqueta a este diario.

Una vez levantado el cadáver, la policía buscó el arma homicida entre las aceras y coches estacionados, en un callejón cortado con bolos de cemento por el que pasó la víctima ya herida, antes de caer al suelo delante de la fachada de unos almacenes de repuestos, y en una parcela vallada cerca del lugar.

Los empresarios y trabajadores de los almacenes de esa calle no supieron nada del suceso hasta que entraron a trabajar. Se trata de "un sitio de paso, de gente normal, y de clientes y proveedores de los almacenes", explicaron Luis Gómez, Angeles Gómez y Salomé Guisado, de un almacén de repuestos.

BEBIDO Y A VOCES Los bloques más cercanos son los de la Guardia Civil. En la calle Virgilio Viniegra solo hay una decena de casas bajas, vacías la mayoría, y en las cuatro en las que respondieron los vecinos, nadie vio ni escuchó nada; el resto de inmuebles son almacenes.

Residentes en el barrio comentaban entre ellos que habían visto a la víctima la noche anterior, "bebido y cagándose en los muertos de los gitanos y de familias del barrio". Familiares del fallecido manifestaron a unos vecinos que creen "que han ido a por él", y que "lo han cogido de espaldas". Otros comentarios se referían a un posible enfrentamiento entre familias, pero la policía no precisó el posible origen del enfrentamiento.

La policía informó a la Brigada Central de Madrid, "por un protocolo nacional que se sigue en estos casos con signos inquietantes", explicó Angel Galán, quien confirmó la llegada de un equipo de apoyo a media tarde.