Cuenta María Manglano, presidenta de la asociación protectora de animales Adana, que el animal podría llevar semanas sin alimentarse por el aspecto que presentaba, deshidratado y con la piel acartonada pegada a los huesos. El sábado por la mañana la asociación se hizo cargo de una galga joven, tal vez de año y medio, que fue encontrada en un contenedor de la Dehesilla de Calamón, dentro de un saco de pienso, moribunda y con heridas de la cabeza, que alguien le causó con un objeto punzante.

La perra, que ahora se llama Lena, ha sobrevivido, aunque aún se encuentra muy maltrecha. La asociación considera que es un caso claro de maltrato animal y lo ha denunciado al Seprona.

Según ha informado Adana, una voluntaria de la asociación recibió a las 8.30 horas una llamada de un vecino que había oído ruidos dentro de un contenedor de basuras. Cuando la voluntaria llegó, sacaron un saco en cuyo interior encontraron a la galga, sin moverse, inconsciente y con manchas de sangre y de sus propios excrementos. Fue trasladada a una clínica veterinaria, en principio con idea de sacrificarla, pero empezó a dar señales de recuperación. Posiblemente pierda el ojo derecho y puede que las lesiones neurológicas sean irreversibles. Adana ve difícil encontrar al autor porque no tiene microchip, pero quizá algún vecino la reconozca.