Desde que desapareció el jueves 29 cuando se encontraba con unos vecinos en la barriada de San Roque, sus familiares, amigos, conocidos, voluntarios de Protección Civil, bomberos, Policía Nacional y Local y decenas de personas anónimas no habían dejado de buscarlo con todos los medios a su alcance. Sus seres queridos no habían perdido la esperanza de encontrarlo a salvo y la ciudad entera, plagada de carteles con su fotografía, estaba pendiente del desenlace, que todos confiaban que fuese feliz. Pero finalmente no ha podido ser. El cuerpo sin vida de Francisco Torres González, un hombre de 75 años que padecía alzheimer, fue encontrado ayer por uno de los grupos de rastreo en el entorno de la urbanización Los Montitos, en el Polvorín, junto a las ruinas de una casa que formaba parte de la construcción militar, debajo de un árbol.

Entre quienes lo encontraron había amigos de la familia, llevados desde Galicia. Ocurrió sobre las 19.00 horas. El cuerpo estaba en el suelo, tendido boca abajo. Al lugar se acercó la Policía Científica para recoger pruebas para su identificación, que no fue confirmada oficialmente.

Francisco Torres era originario de Salvaleón, donde también se habían organizado batidas. Pero es en Badajoz donde durante los últimos nueve días la búsqueda había sido constante y llevó a intensificarse con perros de la Unidad Canina de la Policía Nacional con dos equipos y también los bomberos del servicio municipal habían rastreado la orilla del río con lanchas y por tierra, así como se había realizado un seguimiento puerta a puerta y con megafonía. Los Montitos es uno de los lugares que había sido peinado varias veces.