Limpiar los canales de información y conseguir que el ayuntamiento y los vendedores ambulantes "no se vean como enemigos", es la principal tarea que tiene encomendada la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de Extremadura (UPTA), entidad en la que se ha integrado la Asociación del Comercio Ambulante de Extremadura (ACAEX), cuyo secretario general, Luis Durán, asegura que "existe un compromiso por ambas partes de plantear propuestas concretas este año".

Luis Durán reconoció que tanto el ayuntamiento como los vendedores deben partir de la idea de que "el mercadillo es un servicio que se presta al ciudadano, y no hay que perder este hecho cultural y social", pero para ello ambas partes han de realizar "un esfuerzo": el sector debe profesionalizarse y el consistorio ofrecer unas infraestructuras adecuadas.

En su opinión, "el caso de Badajoz es llamativo, porque no hay puestos de socorro, ni aseos, los accesos son difíciles, y la seguridad nula, algo que se debe subsanar".

Pero los vendedores "deben cambiar ciertas pautas de comportamientos y hacer una gestión más profesional".

Durán recordó que "la gestión del mercadillo no debe ser exclusivamente municipal". En otras ciudades españolas es gestionado por los vendedores a través de una concesión administrativa. También se están ligando los mercadillos a las plazas de abasto.