La muerte de Angel ha causado gran consternación en sus compañeros de la base de Bótoa, a la que llegó en 1991 y donde ha desarrollado toda su carrera militar: como sargento, sargento primero y brigada, grado que ostentaba en la actualidad. Formaba parte del Regimiento Saboya número 6 y en el acuartelamiento era una persona "muy conocida" y apreciada.

Había participado en tres misiones internacionales: en Bosnia, en 1994; en Irak, desde diciembre del 2003 hasta abril del 2004; y en el Líbano, de noviembre del 2007 a abril del 2008. A lo largo de su carrera, según recordaron ayer fuentes de la base, había sido reconocido con numerosas condecoraciones, entre ellas, varias cruces al Mérito Militar, menciones honoríficas, medallas por su participación en misiones de paz en el extranjero y la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, que solo se concede aquellos militares con "un currículo intachable", destacaron.

En las redes sociales, en cartas a los periódicos y en conversaciones con compañeros y amigos, todos los que conocían a Angel coincidían al destacar su valor y generosidad, de la que ha hecho gala hasta su último día de su vida.