Es raro que un niño con 11 o 12 años no tenga teléfono móvil. Para ellos es algo más que un juguete. Les permite la comunicación permanente con sus amigos y acceder a nuevos espacios en los que difunden su identidad. Internet y las nuevas tecnologías abren un mundo de posibilidades con grandes ventajas, pero también riesgos. Prevenirlos es el objetivo del programa Ciberexpertos que lleva a cabo el Cuerpo Nacional de Policía con alumnos de sexto de primaria por segundo año consecutivo. En este curso han participado los colegios Nuestra Señora de Bótoa, Santo Tomás de Aquino, Leopoldo Pastor Sito, General Navarro y los Glacis.

En este último se celebró ayer el acto de clausura y los niños recibieron sus carnés de ciberexpertos de manos del alcalde, Francisco Javier Fragoso, el jefe superior de la Policía Nacional, José Antonio Togores y la delegada del Gobierno en Extremadura, Cristina Herrera. Para ganarse este carné los escolares han asistido a cinco jornadas en las que se les ha informado sobre ciberacoso, sexting (envío de fotos comprometedoras de forma consciente), grooming (adultos que se hacen pasar por menores), suplantación de identidad, tecnoadiciones, redes sociales y contenidos inapropiados, según explicó la oficial de la unidad de Participación Ciudadana, Cristina Antonio Reyes. Cada exposición se cierra con un debate en el que los niños cuentan su experiencia. Esta policía señaló que casi todos con esta edad tienen móvil y acceso a redes sociales. No se atreve a decir a qué edad es conveniente que tengan acceso a un dispositivo, porque es una decisión de cada familia «que pone sus límites o sus normas», pero sí aconseja a los padres que si permiten a sus hijos el uso de móviles «sean bastante estrictos a la hora de controlarlos porque pueden acceder a contenidos no apropiados para su edad». Eso se consigue «teniendo confianza con los hijos para que nos cuenten sus cosas» y su consejo es que los padres tengan redes sociales para comprobar cómo funcionan.

Víctor es uno de los pocos alumnos de sexto en Los Glacis que no tiene móvil, aunque le gustaría mucho «para hablar con mis amigos». Tiene 12 años, como Lucía, que tiene teléfono desde los 9 o 10 años. Dice que solo lo utiliza para comunicarse por Whatsapp, como Enrique y Alba, a la que sus padres controlan los juegos a los que puede acceder. El curso con la policía les ha servido de mucho, al menos les ha calado que si alguien los acosa a través de las redes «tenemos que contárselo a alguien mayor».