Comenzamos un nuevo curso político que estará marcado por las elecciones locales y autonómicas del año que viene. Por tanto, queridos lectores, aunque algunos lo nieguen, cualquier acción, pensamiento, obra u omisión de nuestros políticos en los próximos meses tendrá la vista puesta en los comicios de mayo. Y hasta cierto punto es lógico. Saben que gran parte del voto de los ciudadanos se decide en los meses previos a las elecciones, cuando no en los últimos días.

Y hay dos temas ya que despuntan como los hits electores de los próximos meses: las reivindicaciones por un tren digno, aunque el ministro Ávalos no «entienda» por qué lo llamamos así; y el camalote que inunda el río Guadiana desde hace mucho tiempo, aunque parece que es ahora cuando nos hemos dado cuenta.

Y todos sabemos que existen problemas más graves e importantes en Extremadura. Por ejemplo, la alta tasa de paro o el paupérrimo nivel de renta de los extremeños; pero nunca fuimos a manifestarnos a Madrid para pedir un Plan de Empleo, ni creamos un grupo de Facebook para poner lazos con los nombres de los casi cien mil parados que hay en la región. Es como si hubiéramos asumido que nada se puede hacer para cambiar esa realidad.

Pero no sucede así con el tema del AVE o el camalote. Hay un nivel de movilización o sensibilización ciudadana que no ha existido hasta ahora frente a otros problemas. Y funciona. Nunca visitó más veces Extremadura un ministro de Fomento que De la Serna. Y hasta la UME vendrá a apagar un conato de «incendio» ciudadano. Estamos viendo cómo la movilización ciudadana obtiene respuesta y eso anima a seguir reivindicando. Y algunos como mejor pescan, ya se sabe, es en río revuelto.