Fue la vecina del rellano la que llamó a la policía, por el fuerte olor que salía desde hace días del piso de al lado. El cuerpo sin vida de un hombre fue encontrado la noche del viernes en el apartamento en el que vivía, en el número 35 de la calle Arco Agüero, con evidentes signos de descomposición. Según confirmó el forense a la mujer que dio la voz de alarma, todo indicada que el fallecimiento le sobrevino por muerte natural y aunque el cuerpo presentaba un golpe pudo deberse a la caía tras sufrir un desfallecimiento. Estaba muy hinchado, en el suelo del salón y al sacarlo dejó un reguero de sangre hasta el pasillo.

Dalia Ouriagli vive en el 1º3º y el fallecido en el 1º4º. Esta joven lleva 6 años en este apartamento, situado en un inmueble con una docena de pisos alquilados en su mayoría a inmigrantes. Según Dalia, el fallecido llevaba más de 3 años en Badajoz y procedía de Madrid. Tenía 44 años y padecía una sordera que le obligaba a llevar sonotone. Según su vecina, "era muy reservado, yo lo saludaba pero no contestaba". Esta mujer contaba que en el tiempo que llevaba aquí nunca había visto que lo visitasen. Cree que no trabajaba, pero "hacía chapuzas en casa". Para sus vecinos solo resultaba molesto porque ponía el volumen de la televisión estaba siempre muy alto.

Este dato fue precisamente lo que despertó la curiosidad de su vecina, que dejó de escuchar la televisión. Además hace 12 días empezó a percibir un fuerte olor, pero Dalia cuenta que ella pensó que podría venir de la carne de cordero que un grupo de musulmanes (que viven en el inmueble) había estado asando. Pero el olor empezó a hacerse más intenso hasta que el viernes decidió avisar a la policía. Los agentes llamaron a la puerta y como nadie contestaba, entraron los bomberos. Hace 3 años, en un piso del bajo otro inquilino fue hallado sin vida. "Esta es la casa de los cadáveres", decía un vecino.