Siempre es la hora de la verdad, siempre estamos viviendo situaciones críticas, en cada momento puede surgir lo inesperado, de consecuencias inimaginables e irreversibles, pero parece que en estos dos meses se abre un período trascendental para las próximas décadas de la convivencia de los españoles. El viernes se dieron dos actuaciones de gran calado, el cierre de un período turbulento y de gran incertidumbre y la apertura de otro de no menos incertidumbres mediante un acto legal de gobierno y de amplio apoyo social, pero es especialmente relevante la apertura de un periodo que se cierra mediante el ejercicio democrático libre de los catalanes.

No está exento de incertidumbres, pero es la más bella de las incertidumbres democráticas, tener un tiempo para debatir y seducir a la sociedad con propuestas y conocer que piensa y quiere el pueblo soberano. Parecía que los procesos electorales habían dejado de tener emoción e interés. El permanente estado de sondeos de opinión resta interés, descuenta el resultado y permite que algunos se arroguen representación sin tenerla. Pero en esta ocasión cada minuto cuenta. Vivimos un mundo virtual, del espectáculo y de la posverdad. No importa tanto la realidad sino cómo se crea y se difunde por los medios de comunicación y las redes, y como se impregna en las mentes de los diversos grupos. No importa tanto tener razones y ser razonable sino cómo se cuenta y se ganan las emociones.

Cada uno percibe lo que desea percibir, y está buscando argumentos para reforzar sus posiciones previas. Hay ya muchos prejuicios muy fijados que no son fáciles de mover, pero las evidencias de los últimos meses han generado dudas y miedos. Bastará un pequeño hecho anecdótico para que se le eleve a categoría de general, y si no existe se crea. Es la hora de la verdad y la posverdad, dos meses para algunos es muy poco tiempo para cambiar los prejuicios arraigados y las estructuras que le han dado soporte, para otros es demasiado tiempo en el que pueden pasar muchas cosas. Esperemos que se acierte en estos momentos críticos y se recupere la cordura y la voluntad de un proyecto común. De los problemas se debe salir reforzado y dando un salto.