La pandemia lo ha cambiado todo, incluso la basura. Si en las primeras semanas de confinamiento la escasa movilidad redujo considerablemente la presencia de papeles y colillas en las calles, con el avance de la desescalada no solo han vuelto a proliferar estos desechos, sino también nuevos residuos: guantes y mascarillas.

«Es un problema», reconoce el concejal de Limpieza del Ayuntamiento de Badajoz, Alejandro Vélez, quien alerta de que, como está ocurriendo en otras muchas ciudades, en la capital pacense la huella del covid en las calles se está dejando notar. Lo que más están recogiendo hasta ahora los operarios de FCC son guantes, que se acumulan sobre todo en los alrededores de las grandes superficies comerciales y supermercados, aunque aparecen diseminados por todo el casco urbano. En este tipo de establecimientos se proporcionan a los clientes guantes de plástico muy fino, que en muchas ocasiones se arrojan en sus aparcamientos y que el viento se encarga de esparcir por el entorno.

«Está muy bien que uno busque protegerse, pero si tira esos guantes donde no se debe, está contaminando el doble», advierte el concejal, que incide en que este comportamiento no solo supone un riesgo para los trabajadores del servicio, sino para el resto de la ciudadanía por el foco de contagio que pueden suponer estos desechos. Ahora que está en cuestión el uso de los guantes como medida de protección, Vélez confía en que se termine prohibiendo su utilización en los supermercados.

En algunas poblaciones de España ya se han anunciado elevadas sanciones económicas para quienes arrojen los guantes y mascarillas al suelo o en otro sitio que no sea el que corresponde: papeleras y contenedores de residuos orgánicos (verdes). En el caso de Badajoz, Vélez recuerda que los responsables de estas acciones «incívicas» pueden ser sancionados con la Ordenanza de Limpieza Urbana en la mano. Arrojar basura a la vía pública se considera una infracción leve, multada con entre 15 y 200 euros, pero habría que ver si por tratarse de un residuo que puede poner en riesgo la salud de las personas se consideraría grave (con multas de 751 a 1.000 euros) o muy grave (de 1.501 hasta 2.500 euros).

Para concienciar sobre la necesidad de mantener la ciudad limpia de estos y otros tipos de desechos, la Concejalía de Limpieza ha puesto en marcha, coincidiendo con la fase 2 de la desescalada, la campaña Si eres limpio en tu casa, sé limpio en la calle, para incidir en la necesidad de que se recojan las heces y se limpien los orines de los perros; se utilicen las papeleras para depositar guantes y mascarillas, y que se haga uso de los ceniceros para tirar las colillas.

También, tras la vuelta a la actividad del sector de la hostelería y con la ampliación de las terrazas para que se pueda respetar la distancia de seguridad entre los clientes, el propio alcalde, Francisco Javier Fragoso, ha hecho un llamamiento a los hosteleros para que mantengan limpio el espacio de la vía pública que ocupan mientras sus negocios están abiertos y especialmente después del cierre. El concejal de Limpieza reitera la petición, pues recuerda que es «su obligación» (no limpiar la zona de veladores es una infracción grave) y defiende que si a las administraciones se les ha exigido desinfectar las calles, como así han hecho, «los hosteleros también tienen que dejar sus terrazas en perfecto estado de seguridad», lo que incluye recoger la basura y limpiar los restos y manchas de los acerados.

La Concejalía de Limpieza ya ha pedido presupuesto para estudiar la viabilidad de distribuir de manera gratuita entre los hosteleros papeleras de mesa para contribuir a que mantengan lo más limpias posibles sus terrazas.