Los escritores árabes fueron, como es lógico, los primeros en hablar de Batalyús. Badajoz aún no existía. A quien corresponde la primacía absoluta fue, ni más ni menos, que al que consideramos el príncipe de los historiadores andalusíes. Se llamó Abu Marwan Hayyan b. Jalaf b. Hayyan. Nació y murió en Qurtuba, en 987 y 1075, respectivamente, lo que quiere decir que su vida se desarrolló entre el reinado del califa al-Hakam II y los Reinos de Taifas. Su falleció apenas diez años antes de que el leonés Alfonso VI recibiera, en 1085, la ciudad de Tulaytula de manos de sus habitantes. Nuestro autor escribió un crecido número de obras. De la más importante, al-Matin (=Lo Sólido), sólo nos ha llegado el nombre. De la otra, al-Muqtabis (=Lo prestado), compuesta por diez volúmenes, sólo algunos de ellos. Y no completos. En realidad se trata de una recopilación, enorme eso sí, de autores precedentes -de ahí el título-. Abarcaba desde la conquista árabe de al-Andalus hasta casi su tiempo. Él se limitó a elaborar los datos y a presentarlos para facilitar la comprensión de sus lectores. Debe advertirse que pertenecía a una familia de funcionarios al servicio del primer ministro al-Mansur, el conocido Almanzor, y, como es lógico, era un furibundo partidario de la legitimidad de los Omeyas de Occidente. Esto ha de tenerse en cuenta a la hora de comprender su obra y el fin último que presidió su redacción en un momento en que el califato se había hundido estrepitosamente y gobernaba al-Andalus toda una pléyade de usurpadores que aparentaban ser fieles a un califa que era ya una entelequia. Entre ellos los Aftasíes de Batalyús.

Es una pena que no conservemos la mejor de las obras del historiador cordobés, al-Matin, porque parece haber sido aquella en que mejor expresó sus propias opiniones, fuera de la mera recogida de datos que era al-Muqtabis. Algunos la llaman al-Muqtabas, que es lo mismo, pero con diferente vocalización. Pues bien, la primera mención histórica a la ciudad árabe que se levantó aquí la hizo él, aunque casi trescientos años después de que se produjera el suceso que, como sabe casi todo el mundo, tuvo lugar entre 875 y 890. Verán lo que dijo.