Los robos en las iglesias ha generado preocupación en las parroquias, que han decidido reforzar su seguridad instalando sistemas de alarma y la protección de puertas y ventanas con rejas y cristales de mayor grosor. Es el caso de San Juan Macías, San Pedro de Alcántara o San Andrés, que estudia colocar un dispositivo que alerte de la presencia de ladrones y los ahuyente.

Estos templos siguen los pasos de otros como San Juan de Ribera o Nuestra Señora de Guadalupe. El primero cuenta con alarma desde hace tres años y el segundo, al ser de nueva construcción, desde su fundación. Los párrocos de ambas, Antonio Muñoz Aldana y Francisco Maya, respectivamente, confirmaron ayer que los robos sufridos por sus parroquias no habían tenido peores consecuencias porque la alarma había asustado a los ladrones.

También el párroco de San Pedro de Alcántara, José Carracedo, explicó que tras la instalación de la alarma y la colocación de cristales de doble luna no han recibido la visita de los cacos. El sacerdote añadió que además ha influido que los actos vandálicos protagonizados por jóvenes "se han aminorado un poco, no sé por qué motivo", apuntó.