¿Qué es lo más importante para un mago? Su varita mágica. Pues dicho y hecho. Los niños ingresados en el Hospital Materno Infantil se olvidaron ayer de medicinas, pruebas médicas y ni siquiera los goteros de los que no podían separarse algunos de ellos fueron impedimento para que se sintiesen magos por un día.

El mago Ferpa los visitó con sus trucos. El aula de juegos de la séptima planta se llenó de niños, familiares y personal sanitario. Unos ejercieron de ayudantes del mago, otros se metieron en la piel de un ilusionista --concretamente en su traje y su chistera, como hizo el pequeño Jesús--, mientras que los más tímidos prefirieron sostener sus varitas y aplaudir.

El espectáculo de magia no fue distinto a cualquier otro dirigido a niños, aunque Ferpa sí reconoció que había tenido en cuenta no utilizar algunos materiales "porque a veces no pueden tocar latex", puso como ejemplo. Con sus trucos convirtió una tela roja en una flor, transformó pañuelos en bastones de colores e hizo que pompas de jabón se volvieran sólidas. También adivinó las cartas que los niños escogían de una baraja y logró unir aros de metal.

En uno de sus trucos sustituyó las cuerdas por vendas. "Es un juego que llamamos la cuerda rota y recompuesta y he querido enseñar cómo se hace con un material con el que ellos están familiarizados como son las vendas", explicó Ferpa.

El mago prometió a los niños que volvería pronto. No es de extrañar, su público no paró de aplaudir sus trucos y hasta tuvo que hacer un bis.

Mientras Ferpa mostraba sus trucos a los niños del Materno Infantil, otros 100 magos voluntarios de la Fundación Abracadabra, en colaboración con Caja España y Caja Duero, hacían lo propio en medio centenar de hospitales y centros sanitarios de toda España con motivo de la Semana Solidaria de la Magia. Con ello han logrado batir el Récord Guinnes de la clase de magia más grande del mundo: 5.000 personas han participado en estos talleres solidarios.