Adel Najjar llegó a ayer a Badajoz con su esposa e hija después de una semana de viaje desde que cruzó la frontera con Egipto, tras pasar 10 meses retenido por Israel sin poder salir de Gaza, su tierra, a donde fue a visitar a su madre para pasar con ella y su familia las navidades.

Regresa en ayunas, al inicio del Ramadán: "con una mezcla de emociones y muy agradecido. Ha sido un viaje muy largo. Dejo a mi familia en Gaza y regreso a mi otra familia extremeña", declara a este diario nada más bajar del autobús, que entró en la estación unos minutos antes de la hora prevista.

El imán de Badajoz no deja de insistir desde que voló a Egipto en su sentimiento de agradecimiento por el apoyo recibido por parte de las instituciones, "todas; no quiero dejar ninguna atrás", y de sus "vecinos de la margen derecha, de todo Badajoz y toda Extremadura".

"Hemos trabajado durante 20 años por la convivencia en Badajoz; esperaba alguna muestra, pero tanto tanto cariño, tanto apoyo, no lo esperaba así, el ayuntamiento, la Junta, la delegación del Gobierno, la Embajada de España en El Cairo, Exteriores, la Comunidad Islámica, mis vecinos, la Asamblea. Eso me hace trabajar aún más por la convivencia, por Badajoz, por Extremadura. Creo que hemos derribado muros de desconfianza".

Nada más bajar del autobús y recoger sus maletas, se le acercó un amigo para abrazarlo y darle la bienvenida. Cansado, más delgado, pero con buen aspecto, cuenta que su hija ha terminado el curso en Gaza y ahora tiene que recuperar el Español. Por la tarde preveía descansar y terminar el ayuno para estar a las diez de la noche en la mezquita para hacer el desayuno del Ramadán. "Cuando estaba en Gaza, rezaba a Dios para que el Ramadán me cogiera en Badajoz, y ha escuchado mi plegaria".

Recuerda que ha sido "también un tiempo duro, un día tras otro esperando que se abra la frontera sin saber cuándo; se abre cada tres meses, pero nunca sabes. En esas condiciones se agradecen mucho las muestras de apoyo que recibimos". Y que se despidió de su madre "sabiendo que es posible que la vuelva a ver". No obstante, se mostró feliz por su regreso y quiere pedir a los imanes de las mezquitas de otros lugares "que inviten a sus vecinos a compartir el desayuno del Ramadán por la noche, para que conozcan la fiesta y establecer lazos comunes".

Situación en Gaza

El imán dice que no olvida a su pueblo y hace una llamamiento para que "la comunidad internacional, independientemente de ideologías y política, libere Gaza, que salve a niños, a mujeres, a ancianos"; para que "se cumplan las leyes internacionales y Naciones Unidas obligue a Israel a cumplir sus resoluciones".

Además, cuenta, que "en Gaza no hay libertad, los viajeros no pueden salir, los estudiantes no pueden estudiar, los pescadores no pueden pescar. La población sufre; tenemos la causa más justa, pero necesitamos un buen abogado, esperemos que lo sea la comunidad internacional". No obstante, dijo que "volveré, y espero que con otras fronteras".