A pesar de las declaraciones del concejal de Vox, Alejandro Vélez, rechazando que el ayuntamiento ceda un espacio en el cementerio de La Soledad a quienes profesan la religión islámica y las posteriores manifestaciones del primer teniente de alcalde, Ignacio Gragera, sobre las dificultades que conlleva atender esta petición, el imán de la mezquita de Badajoz, Adel Najjar, está convencido de que la respuesta del alcalde, Francisco Javier Fragoso, a quien solicitó la semana pasada una reunión, no será negativa. Gragera anunció el viernes que esta semana tendría lugar este encuentro, pero Najjar no había recibido ayer aún ninguna citación desde el ayuntamiento y tampoco el alcalde supo concretar el día anterior cuándo podría tener lugar esta entrevista.

La comunidad musulmana lleva 20 años defendiendo esta reivindicación y ahora considera que ha llegado el momento de cumplirse, tras la firma del protocolo entre la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales y la Unión de Comunidades Islámicas en Extremadura para que el rito islámico sea compatible con la normativa de enterramiento y la política sanitaria mortuoria.

Najjar no ha podido hablar aún con Fragoso «pero yo creo que no hay posibilidad de que diga que no, sería muy complicado, porque todas las leyes y todos los argumentos conducen al sí, ninguno al no». El imán prefiere no desgranar demasiadas razones hasta no escuchar al alcalde, pero las tiene a montones. El principal motivo que hasta ahora esgrimía el ayuntamiento para la negativa era la cláusula sanitaria, que se ha resuelto con el protocolo y el paso adelante que piden los musulmanes estaría en sintonía con las buenas relaciones que existen en Badajoz. «Primero hay que aceptar que existe este derecho y eso es decir sí», defiende Najjar.

2.500 MUSULMANES// En la ciudad viven alrededor de 2.500 musulmanes, que en la provincia suman más de 7.000 y 20.000 en la región. Su presencia es mayor en el norte de Cáceres. En España hay 30 cementerios musulmanes, ninguno en la comunidad extremeña. En Badajoz no están pidiendo un cementerio propio sino un espacio en el que ya existe y no hablan de dimensiones. No creen que ese sea el problema. Puede estar separado por árboles o tabiques. El rito islámico marca que los cuerpos se entierren en el suelo directamente tocando la tierra y para salvar la normativa sanitaria, el acuerdo suscrito establece que se introduzca en un ataúd en el que se podrá echar arena. Además tiene que ser colocado mirando hacia La Meca.

Najjar aduce que no es una petición complicada porque existen en otras comunidades. El año pasado ya consiguieron que se ofrezca la enseñanza de la religión islámica en los colegios y no ha habido ningún problema, al contrario, aduce, por las relaciones que entraña con otra cultura y el pluralismo que reporta.

El imán apunta que hay musulmanes que no se pueden plantear ser enterrados en sus lugares de origen, por su lejanía, como es el caso de palestinos o sirios. Sí pueden hacerlo los marroquíes. Pero además se da la circunstancia de que en Extremadura ya vive una segunda generación que está plenamente asentada y estos musulmanes quieren ser enterrados en Badajoz. Cuando en el año 2000 empezaron a pedir un espacio propio, no había tanto interés de algunas comunidades, según Najjar, porque llevaban a sus familiares a Marruecos, «pero ha habido un cambio de mentalidad» porque los hijos han nacido aquí y sus seres queridos están asentados. Najjar cuenta el caso de un palestino que falleció hace un año, llevaba 40 en España y estaba casado con una pacense. Fue enterrado en un nicho en el cementerio de La Soledad porque su familia se negó a trasladarlo. El rito islámico se cumplió hasta el momento del enterramiento.

Najjar no entiende la obcecación pues en Badajoz hay tumbas en el suelo en el cementerio de San Juan. Ahora que la claúsula sanitaria está solucionada, los musulmanes no comprenderían que el ayuntamiento les niegue esta reivindicación. No quiere entrar el imán en otras manifestaciones que se han vertido sobre las costumbres islámicas y que no se corresponden con la verdad, porque prefiere primero escuchar al alcalde. No es cierto que hombres y mujeres sean sepultados por separado o que tengan que ser enterrados por personas de su mismo sexo, que no haya mujeres trabajadoras o que al cementerio solo puedan acceder fieles. «Se están diciendo cosas sobre el rito islámico que no son verdad», se limita a señalar el imán. El rito de hombres y mujeres por separado se refiere al momento de lavar el cuerpo, envolverlo en sábanas blancas y el rezo del funeral, que no se hacen en el cementerio, sino en el tanatorio, en una sencilla ceremonia. El cuerpo llega al cementerio en el coche fúnebre y, aunque los musulmanes son dados a cargar con el féretro, puede ser compartido con los trabajadores municipales. Para enterrarlo, sus allegados echarán puñados de arena como gesto de respeto, sin interferir en la tarea de los operarios del cementerio, ni en el funcionamiento del servicio municipal, pues la gestión de este espacio seguiría siendo del ayuntamiento. «Nosotros solo queremos que nuestros fallecidos sean enterrados en el cementerio de Badajoz según nuestras creencias, sin discriminación», insiste.