La contribución, el impuesto municipal por tener uno, dos o tres coches, el suministro del agua corriente, el tratamiento y depuración de aguas residuales, el alcantarillado y la basura, el vado permanente si se posee cochera, el cobro por la expedición de documentos administrativos, el ticket de la zona azul o zona verde de estacionamiento... En total, más de 400 euros al mes. Este es el desembolso medio que tiene que hacer cada extremeño al año para hacer frente a los distintos impuestos y tasas municipales que cobran los ayuntamientos. Una cantidad que, comparada con lo que pasa en otras comunidades autónomas, es muy baja. De hecho, en las Islas Baleares, por ejemplo, los ingresos tributarios locales ascienden a más de 729 euros per cápita .

El Consejo General de Economistas y Asesores Fiscales, un organismo interno del Consejo General de Colegios de Economistas de España, ha realizado un análisis del panorama de la fiscalidad local. Es decir, cuánto ingresan los ayuntamientos a través de sus tributos, qué diferencias hay entre las regiones, cómo está afectando la crisis a la recaudación municipal y, también, una propuesta para acometer urgentemente la reforma del modelo de financiación local y qué pautas se deberían seguir para hacerlo. En este sentido, una de las conclusiones que se puede extraer de este trabajo es que, a priori, los extremeños son los españoles que menor presión fiscal municipal soportan, junto a los gallegos. O, lo que es lo mismo, los que menos o más bajos tributos municipales tienen que pagar de todo el país.

Según los datos que maneja el Ministerio de Economía y Hacienda, en los que se ha basado este estudio, los municipios extremeños ingresan cada año en torno a 450 millones de euros. Concretamente fueron 442,8 millones en el 2008, último año con datos definitivos de las cuentas locales. Esto equivale a 403,4 euros al año por habitante en la región. Solo en Galicia sale una media inferior (374 euros al año). En el resto de regiones españolas las cifras son muy superiores: 536 euros por habitante en Castilla-La Mancha, 514 en Andalucía, 571 en Aragón, entre 560 y 600 en País Vasco y Navarra, 648 euros por persona en Madrid y 691 en Cataluña.

Detrás de estas grandes diferencias, como apunta el informe, existen distintos motivos: la capacidad de los ayuntamientos es estipular en mayor medida gran parte de los impuestos que cobran, la posibilidad de crear distintas tasas para financiar los servicios que prestan, las necesidades de ingresos de cada consistorio, el dinamismo económico del municipio, el tamaño de la localidad e incluso el nivel de renta de sus habitantes. En este sentido, si se tiene en cuenta este factor y se pone en relación el nivel de ingresos fiscales locales con el producto interior bruto (PIB) de cada comunidad, Extremadura estaría en una zona media en una presunta clasificación de la presión fiscal municipal. Así, el cobro de tributos locales en la región equivale al 2,4% del PIB, un porcentaje similar a la media nacional y muy superior al de comunidades autónomas más ricas, como País Vasco (1,8%), Navarra (2%) o Madrid (2,1%).

TIPOS DE IMPUESTOS Por otra parte están los tributos que debe y puede establecer cada ayuntamiento. En España, es obligatorio que los municipios cobren el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el de Actividades Económicas (IAE) y el que grava a los vehículos de tracción mecánica (IVTM). Asimismo, pueden cargar a sus vecinos el impuesto sobre Construcciones y Obras, el que graba el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, y los aprovechamientos de cotos de caza y pesca (gastos suntuarios). Para cada uno de ellos el consistorio tiene cierto margen de maniobra, sobre todo a la hora de fijar el tipo impositivo.

Así, por ejemplo, el cobro del IBI, que representa en torno al 50% de los ingresos impositivos de cada ayuntamiento, varía hasta tal punto que, mientras en Extremadura cada habitante paga una media de 142 euros al año, en Madrid, Cataluña, Baleares y la Comunidad Valenciana superan los 200 euros por vecino y anualidad. Aunque en este caso llama la atención que en País Vasco y Navarra el desembolso per cápita por este impuesto esté por debajo del extremeño.

Algo similar ocurre con el resto de tributos, en los que la región siempre aparece entre las comunidades donde menos se paga --y por tanto, también donde menos ingresan los municipios por cada uno de sus vecinos--. Y la situación se repite con las tasas municipales. Los ciudadanos de los municipios de Extremadura solamente abonan 143 euros, una diferencia de casi el 50% en relación a Baleares (282 euros por habitante).