Más de tres millones de euros. Esa es la estimación inicial de las pérdidas que ha sufrido Panificadora El Nevero tras el incendio que el lunes afectó al 30% de sus instalaciones. El fuego calcinó por completo la zona de fabricación del pan congelado y envasado, donde la empresa había invertido hace poco tiempo la mitad de los cinco millones destinados a la modernización y mejora de la fábrica de pan. A ello, se añaden los daños en la nave donde se ubicaba el bazar Las Tres Banderas Garden, que ha quedado completamente arrasado, propiedad de la panificadora, que la tenía alquilada a un empresario asiático, así como gran cantidad de producto almacenado para la producción que ha quedado inutilizable.

Pese a este desazonador balance económico, la prioridad de la empresa era retomar la producción de pan común cuanto antes. Además, ya ha alquilado tres calles de una nave de congelación de Arroyo de San Serván, desde donde se distribuirá el pan precocinado que compre a otros fabricantes.

AVERÍA DE AGUA / Los empleados limpiaron las instalaciones por la mañana y se restablecieron los suministros de agua y electricidad. Solo faltaba el permiso de Sanidad que, según confirmó el gerente, Carlos Monje, llegó por la tarde, pero los técnicos querían «volver a revisarlo todo». También se encontraron con un problema de última hora: una avería en la red de abastecimiento de agua del polígono industrial, en cuya reparación se trabajaba. Finalmente, pasadas las 22.30 horas, confirmó que se recuperaba la actividad, apenas 35 horas después del incendio.

Monje anunció que la parte afectada por el fuego se reconstruirá, con la intención de volver a fabricar pan precocinado en estas instalaciones en 6 meses, y aseguró que inicialmente no se plantean despidos, pues los trabajadores del departamento afectado se reubicarán en el obrador de la fábrica, que funcionará las 24 horas del día, haciendo pan candeal, que hasta ahora representaba el 20% de la producción y pasará a ser el 80%. Tampoco se plantean en estos momentos aplicar una reducción de jornada o una rebaja salarial.

Monje reconoció que se han sentido arropados, primero, por los propios trabajadores, «que se han volcado», y por el resto de la ciudadanía. «El apoyo de todos es lo que nos está dando fuerzas para seguir adelante y arrancar de nuevo, aunque sea poco a poco».

DESABASTECIMIENTO / Los efectos del fuego en la panificadora han tenido repercusión en Extremadura, Andalucía y Madrid, donde distribuye cerca de 50.000 kilos de pan cada día (el 80% precocinado). Según los cálculos del gerente, de las 400.000 personas que a diario comen el pan que hacen en Badajoz, solo se pudo servir a 50.000 (una octava parte) con mercancía que recibieron de fuera en dos tráileres. Muchas panaderías, tiendas, cafeterías, restaurantes y hoteles no recibieron ayer la visita de sus repartidores y algunas tuvieron que recurrir a otros proveedores . Tampoco se pudo abastecer a 130 colegios públicos de la región-la Consejería de Educación aseguró que las empresas de ‘catering’ tenían suministro alternativo y que este alimento no faltó en los menús- ni al hospital de Zafra-Llerena y grandes superficies comerciales.

Solo en Badajoz y provincia, la panificadora tiene 800 clientes directos y en la región cubre el 30% del mercado. Según Monje, una vez retomada la producción, primero se cubrirá el mercado extremeño y, de forma progresiva, el andaluz y el madrileño.

BAZAR / También las pérdidas para el dueño del bazar asiático son millonarias. Muy afectado por el suceso -hace 10 años ya se le quemó un negocio-, no quiso realizar declaraciones y evaluaba las pérdidas mientras un equipo de seis bomberos seguía sofocando el fuego en la nave. Pasadas las siete de la tarde, los efectivos abandonaban la zona, según confirmó el jefe del servicio, Basilio González, quien señaló que mañana volverán al lugar para controlar que no se ha reactivado ningún foco.