La situación de las tropas de la Brigada XI en Irak, donde tiene a unos 350 de los 550 soldados desplegados en cinco bases de ese país, en labores de formación del ejército irakí en su lucha contra el Dáesh, al amparo de la ONU, «es muy tranquila en la base de Besmayah, a unos 40 kilómetros de Bagdad», según dijo el general Francisco Javier Romero Marí. Y añadió que es «una base muy aislada, muy segura»; que «las noticias que llegan siempre son más alarmantes de lo que parecen». No obstante, destacó que «sí se ha incrementado la seguridad en la base, pero no de forma extraordinaria; la base está al sudeste, una zona de instrucción fantástica, pero realmente es un desierto. El emplazamiento es dífícil, no es fácil acceder a él por parte de nadie», aclaró. Ninguno de los misiles iranís fueron a esa zona, sino «al norte y el oeste de Bagdad», reseñó; y añadió que «las declaraciones de la ministra y la vicepresidenta el otro día dejaron clara la situación, que es tranquila y que se está a la espera de ver cómo evoluciona en la zona». Romero Marí explicó que la unidad desplegada pasa a depender «de otro mando y no de la Brigada, y toda la información se canaliza a través de los responsables de las operaciones, pero la cadena de mando está muy bien informada». Comprendió la atención de familias y compañeros, pero, dijo, «la normalidad es absoluta». Sobre una posible prórroga indicó que «depende de Defensa». Los militares extremeños volverán en mayo. F. LEÓN