El Hospital Infanta Cristina implantará desde el próximo día 21 un programa de control de acceso, dentro del Plan de Calidad en la atención a los pacientes, que restringirá las visitas e impedirá pernoctar en el vestíbulo, cerrando las puertas a las once de la noche en invierno y a las doce en verano, según el gerente del Area de Salud de Badajoz, Carlos Gómez. La razón de acabar con el horario libre es que la experiencia demuestra que "la masiva presencia de visitantes afecta a los enfermos, a los familiares y a los trabajadores".

Estas medidas se aplican sólo en el Infanta y en el futuro se verá si se hace en el Perpetuo Socorro y el Materno Infantil. La idea es procurar a los pacientes un ambiente más tranquilo y relajado, evitando aglomeraciones y el uso indiscriminado de instalaciones comunes, así como orientar los recursos hacia usos adecuados y mejorar el entorno laboral en unidades donde el exceso de visitas crea alteraciones.

Gómez explicó que "no es aceptable que en una habitación haya ocho o diez personas y más, sin control". Ahora circulan entre 2.000 y 3.000 personas contando con que hay 450 o 500 pacientes, con lo que los profesionales se sienten "incapaces de llamar la atención a alguien".

Así, añadió que "empezaremos de manera suave, informando, repartiendo cuadernos del usuario con las normas y contratando a dos vigilantes más.

SEGUNDA FASE En una segunda fase se instalarán barreras físicas y se utilizarán medios de control como tarjetas magnéticas que distinguen el paso de pacientes, familiares y profesionales, según las zonas del hospital. En una tercera se podrá conocer el número exacto de personas que circula en cada área.

Además, se abordará el proceso de información clínica a familiares, sobre todo de unidades de uso más restrictivo, como la UCI, Coronaria o Reanimación, "posibilitando que se realice en condiciones de intimidad y frecuencia adecuados". Para ello se habilitarán dos despachos en la planta baja y se avisará por teléfono a los familiares de estos pacientes ante cualquier cambio en el estado de los mismos.

Otro fenómeno que se quiere erradicar del hospital es que se pernocte en el vestíbulo.

El SES ofrece ya a los visitantes que accedan a la residencia de familiares, que está al 80% de ocupación, y donde pueden disponer de habitaciones, o bien de salas de estar aclimatadas y con televisión, y donde tienen aseos, cuartos de baño o servicio de lavandería, por ejemplo, para su higiene personal.

Carlos Gómez afirmó que las citadas circunstancias no se dan en el Perpetuo Socorro, donde se habilitó un espacio a modo de hall y había "que fumigarlo continuamente, por lo que se quitó y no pasó nada, desde entonces se cierra por las noches". Y en cuanto al Materno, consideró que "tiene unas características diferentes".

En cambio, en el Infanta Cristina sí han detectado la necesidad de tomar estas medidas, "sobre todo por el paciente", pues en cuanto a agresiones a profesionales, verbales o físicas, el gerente del área pacense afirmó que en lo que va de año hay 4 o 6 denuncias. No obstante, cuentan con que pueden surgir algunos problemas, por lo que se actuará con cuidado, habrá vigilancia interior y se pedirán los pases, que habrá que llevarlos siempre encima "pues si no, se les invitará a salir", dijo.

Por otro lado, los pases de visitas los formalizarán las unidades de enfermería con el ingreso del paciente; serán dos por personas por pacientes y de cuatro a ocho de la tarde, los generales. Luego habrá otros permanentes, que permiten estar de una de la tarde a nueve de la mañana, y los extraordinarios, para estancias de 24 horas.