La Infanta Elena ha vuelto este fin de semana a Badajoz, como viene haciéndolo en estas fechas desde hace tres años, para participar en el Concurso Nacional de Saltos cuatro estrellas que se organiza en el Centro Ecuestre de Badajoz. Este año se cumple la XXIII edición y la primogénita del Rey no ha faltado a su cita, volviendo a levantar una enorme expectación entre los aficionados a los caballos y los curiosos que se acercaron hasta las instalaciones y entre quienes se tropezaron con ella en la ciudad.

La infanta aterrizó el viernes por la tarde, a las 18.55 horas, en el Aeropuerto de Badajoz, acompañada de su profesor de equitación Felipe Zuleta, y ayer por la tarde, a las 18.00 horas, participó en la segunda prueba más importante del concurso, el Gran Premio Chico. Uno de los organizadores de esta cita, Alejandro Muguiro, aseguró que su intervención había sido muy buena pues solo tuvo un derribo en el penúltimo obstáculo. Compitió en la prueba de 1,35 con su caballo Qant, que es el que ha traído a Badajoz en anteriores ediciones. Hoy domingo volverá a competir en la prueba prevista a las diez de la mañana. Ayer comió con el resto de participantes en la competición en las propias instalaciones y se alojó en un céntrico hotel.

Además de la hija mayor del Rey, en el concurso participan 180 jinetes, entre ellos algunos tan destacados como Iván Serrano y Luis Astolfi y los extremeños Carlos Gómez Sánchez y Juan Luis Ramírez Engo.

Como acostumbra cada vez que acude a esta cita, la infanta se comportó con naturalidad, como lo hizo ayer por la mañana, durante el paseo por la ciudad, en el que fue fotografiada por quienes la reconocían. Acompañada de una conocida de Badajoz, se paseó por la plaza de las Américas y llegó a entrar con ella en Mercadona, así como en una frutería de la avenida de Colón. La infanta vestía pantalón vaquero con zapatillas Converse, jersey verde con chaleco hasta la cadera, una pañuelo blanco anudado al cuello, sombrero y un bolso de mano. Además de competir, no dudó en acercarse a Al Mossassa y se mostró sonriente con quienes quisieron saludarla.