Me llegan ecos, el último lo ha recogido un periódico inglés, de que en Badajoz quieren levantar un monumento a los soldados británicos caídos en la toma de la ciudad en 1812. No me parece mal, siempre que lo hagan los propios ingleses y, claro está, con el visto bueno de nuestras autoridades. Sólo me queda una duda: ¿porqué a los ingleses?

Nuestra Guerra de la Independencia --Peninsular se llama en el resto de Europa-- se desarrolló entre 1808 y 1814, contra las tropas napoleónicas que invadieron España y provocaron el levantamiento de la nación. Esta guerra fue, como todas, un desastre, sobre todo porque la sufrió nuestro país sobre sus costillas. Pero siempre se hace hincapié en el heroísmo del pueblo español y en varios tópicos más, que no son falsos, pero que requieren una matización. Por lo demás, en los últimos años el golpe de péndulo, que cada vez nos afecta más, ha buscado hechos heroicos en la historia de Badajoz. Estamos pasando de desdeñar nuestra historia al excesivo entusiasmo por recuperar cualquier cosa.

Es muy cierto que Badajoz jugó, a pesar de que en los libros se hable más de Madrid, de Zaragoza, de Gerona o de Bailén, un papel fundamental en el desarrollo de la contienda. Tan importante, que la posesión de la plaza se convirtió en clave para la victoria. Porque nuestra Guerra de la Independencia fue un enfrentamiento entre dos grupos de naciones, encabezadas en la Península Ibérica por Francia y Gran Bretaña.