TEtl 19 de marzo del año 1812 los ingleses cerraron el cerco a la ciudad de Badajoz y comenzaron a excavar las trincheras. En esta ocasión, el ejército británico se encontraba en una situación radicalmente distinta a otras anteriores.

Esta vez tenía bien cubierta su retaguardia y estaba bien abastecido. Se decidió a cruzar las aguas del río Guadiana y desistió en su táctica de comenzar los ataques desde el norte.

La acometida se produjo desde el sudeste, con un despliegue que trataba de evitar la llegada de posibles auxilios desde Sevilla.

El mariscal Soult se puso rápidamente en movimiento para auxiliar a Badajoz, pero, cuando ya se hallaba en Llerena y las primeras unidades francesas de caballería a muy poca distancia, recibió noticias de su caída y se volvió a Sevilla.

El asedio inglés duró hasta la noche del día 6 al día 7 de abril. Los ingleses estaban preparados, pero no tanto como el alto mando del Vº Ejército creía desde Sevilla.

Los primeros días fueron testigos de un tremendo cañoneo entre ambos contendientes. Antes de que los ingleses tomasen el fortín de la Picuriña y después de hacerlo. Tan intenso hubo de ser el fuego que en los informes de la administración castrense francesa se acusó a Philippon, el defensor de la plaza, de haber gastado pólvora inútilmente.

Los franceses, sabiendo por donde iba a sobrevenir el asalto principal, habían fortificado la parte trasera de los baluartes entre la entrada por la Puerta de Trinidad y la de la Puerta del Pilar, además de haber construido una segunda línea de retirada.

Los ingleses sabían, por informadores locales, que las camisas de aquellos baluartes estaban recién reparadas y eran poco consistentes. El plan de operaciones se preparó con cuidado, pero los atacantes no sabían de los preparativos franceses.