¿Qué papel jugó Badajoz en la Guerra de la Independencia? Al principio, muy escaso. Los franceses penetraron en Portugal desde Castilla la Vieja y Galicia y Extremadura estuvo ajena a las operaciones importantes hasta casi dos años después. Incapaces de someter a Portugal, las tropas de Napoleón hubieron de estacionarse a este lado de la frontera. El 28 de marzo de 1809 fue la batalla de Medellín, un desastre para los españoles, a las órdenes del general De la Cuesta.

Pero en Badajoz no se vio ni una sola unidad francesa al completo hasta febrero de 1810, cuando se presentó ante la plaza el Quinto Cuerpo, al frente del cual marchaba el mariscal Mortier. En realidad no se trató de un asedio en regla. Los españoles se negaron a rendirse y los franceses pasaron prácticamente de largo. Fue uno de los mayores errores de esta guerra, del que tuvieron ocasión de arrepentirse.

Badajoz fue, a partir de aquel momento, una piedra en el zapato de los ejércitos napoleónicos. Situado, en manos enemigas, en retaguardia de las tropas que intentaban tomar las famosísimas líneas defensivas de Torres Vedras, organizadas por los ingleses para proteger Lisboa. Tampoco es que los españoles supieran aprovecharse mucho de esta estratégica posición.

En varias ocasiones los mariscales franceses deploraron el error de no haber conquistado Badajoz en el primer momento. En su posesión hubieran visto facilitadas las operaciones en todo el oeste, habrían evitado la progresión inglesa y habrían ahorrado medios, de los que carecían.