El edificio donde se ubica el Espacio Convento, situado en la calle Joaquín Costa número 16, podía perder la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), un título que ostenta desde 1989. Se trata de la máxima protección de la que puede gozar un monumento histórico, al nivel de la catedral y de la Alcazaba de Badajoz.

El arquitecto Javier Teijeiro y el abogado Felipe Martín solicitaron la incoación del expediente para la descatalogación o extinción del carácter de BIC de este edificio. Teijeiro lo hizo en abril pasado y Martín Romero en septiembre. El Diario Oficial de Extremadura (DOE) publicó ayer la resolución de la Secretaría General de Cultura, por la que se incoa el expediente para dejar sin efecto la declaración como BIC, basándose además en el informe de octubre de la Dirección General de Patrimonio Cultural.

Teijeiro explicó a este diario que el antiguo convento de las monjas clarisas se encontraba en la esquina de la calle Espronceda con Vasco Núñez, según queda demostrado en «documentos actuales que existen» y que este arquitecto recoge en su libro El convento de las monjas clarisas, la iglesia de San Nicolás y el hospital de la Vera Cruz. Del edificio religioso original del siglo XVI ya no queda nada. Así se lo hizo llegar a la Junta en el 2012 y al no obtener respuesta, a los tres años realizó el expediente de extinción del BIC, «como arquitecto que soy y como técnico». Teijeiro confía en que si la Junta decide no extinguir la declaración, al menos se lo argumente. La declaración de BIC, según Teijeiro, proporciona ventajas impositivas a los dueños, que además tienen derecho a ayudas.

El Espacio Convento ha sufrido una importante rehabilitación, que fue cuestionada por la Comisión de Patrimonio, si bien se resolvió al demostrarse que en la ejecución no hubo cambios sustanciales respecto al proyecto básico, según Julián Prieto, propietario junto con la también arquitecta Begoña Galeano. Prieto, que fue redactor del Plan General Municipal y del catálogo del casco histórico, señaló ayer que no conoce documentos que demuestren que este edificio fue antiguo convento de las clarisas, pero tampoco que atestigüen lo contrario. El hecho de ser un inmueble tan protegido ha sometido a la obra de rehabilitación a una especial vigilancia por parte de Patrimonio, que obligaba a conservar todo lo que había originalmente. Prieto desconoce las consecuencias de que quede sin efecto la declaración de BIC y aclara que «no hemos recibido nunca ningún tipo de ayuda».