La recuperación de El Campillo parece la historia de nunca acabar. Han pasado más de 10 años desde que el Ayuntamiento de Badajoz anunciara la recuperación de la zona más degradada del Casco Antiguo. Está siendo un proceso complicado, no solo a la hora de localizar y llegar a acuerdos con los propietarios, sino por su politización. La Inmobiliaria Municipal de Badajoz (Inmuba) calcula que a finales del 2020 tendrá en marcha más de 90 viviendas y confía en que una vez que sea más visible la iniciativa pública, empezará a moverse la privada, pues hay promotores que están «a la expectativa de que esto tire hacia adelante», señala el gerente de Inmuba, Luis Chacón.

El primer documento que recogió la necesidad de actuar en El Campillo fue el ARPM-1, en el Plan Especial del Centro Histórico de Badajoz, que marcó el Área de Renovación Preferente Municipal en el 2008, que definía la actuación pública por la dificultad de que lo hiciera la privada. En otras zonas del Casco Antiguo se podía fomentar mediante subvenciones o dotación de equipamientos. Se aprovecharon entonces ayudas específicas que contemplaba el Plan Estatal de Vivienda 2009-2012. Inmuba empezó a estudiar las propiedades y en el 2011 se presentó a la Junta una propuesta de convenio para las ayudas, que después se adaptó al nuevo Plan de Vivienda 2013-2016. En el siguiente también hubo ayudas a la rehabilitación. Al mismo tiempo se montó un equipo técnico de trabajo formado por Carlos Benito (director de oficina del PGM), Begoña Galeano, jefa de servicio del Gabinete de Proyectos, y Elena Olea.

En aquel momento se configuró el guión de actuación y se aprovechó para redelimitar el ámbito de actuación. En las manzanas más próximas a la torre de Espantaperros era incompatible lo que el plan especial proponía con lo que existía porque cambiaban las alineaciones y preveía la apertura de una calle y un plaza nuevas, por lo que había que actuar con la expropiación. También en las manzanas de la subida desde Puerta Trinidad porque no eran compatibles con el planeamiento, si bien el destino del suelo de la parte de arriba es residencial y, el de abajo, dotacional (el equipamiento aún está por definir). En ambas zonas había 131 propiedades (89 arriba y 42 abajo). 107 se han comprado de mutuo acuerdo (en muchos casos con realojos) y 16 son desconocidos y se han remitido al Ministerio Fiscal. Con 4 propietarios no hay acuerdo (no viven allí) e irán al jurado de expropiación. Chacón asegura que no han utilizado la expropiación en ningún caso para echar a nadie de la casa donde está viviendo. En Eugenio Hermoso quedan aún 8 viviendas ocupadas. En el 2013 la Junta aprobó la modificación puntual del plan especial y se declaró la urgencia la ocupación de terrenos, lo que permitía la expropiación forzosa.

En el resto de las manzanas se establece la actuación pública subsidiaria, de forma que si los propietarios no actúan, se puede expropiar. Esta opción no se ha utilizado porque Inmuba todavía no puede dar ejemplo. «Nos dirían que empecemos nosotros primero», apunta el concejal responsable de la inmobiliaria, Eladio Buzo. En origen el área de actuación abarcaba más de 300 fincas registrales.

En el 2012 se sacó a concurso el proyecto de urbanización a ejecutar en dos fases. Mientras tanto estaban trabajando en el proyecto de 40 casas en las dos manzanas más próximas a Espantaperros, que concluyó en el 2015. Pero cuando se presentó se paralizó por las protestas de asociaciones y colectivos. Ya se habían puesto en venta y se presentaron alrededor de 500 solicitudes.

Paralelamente, Inmuba ajardinó y habilitó aparcamientos en el baluarte de San Pedro con el paseo de ronda, se puso en valor la Galería de Fusileros y se recuperó la puerta de Mérida y el talud. Además se contrató la conexión de las redes de abastecimiento y saneamiento con el sistema general de Ronda del Pilar.

Para retomar al proyecto inicial, se creó una comisión con técnicos propuestos por los grupos políticos municipales. Hubo un cambio en el Colegio de Arquitectos (Coade) e Inmuba propuso al nuevo presidente una colaboración. El resultado fue la primera convocatoria de un concurso de ideas. A principios del 2017 se sacó para 10 parcelas propiedad de la inmobiliaria en distintos rincones, del que han resultado 30 viviendas. Cinco de estos proyectos (que suman 7 viviendas) ya tienen licencia y el resto está en trámites. Además se llegó a un acuerdo de permuta con un constructor que tenía en marcha 17 viviendas en Concepción Arenal. Esta obra ya está adjudicada y va a empezar «dentro de nada». Chacón calcula que a mediados del 2020 estas 47 viviendas estén en construcción.

Cada obra tiene su propia arqueología. En su momento la oficina del ARI contaba con una arqueólogo de la Junta, pero se marchó cuando las ARIs desaparecieron. Buzo apunta que este técnico le venía muy bien a Inmuba porque asesoraba y además supervisaba pequeños trabajos de rehabilitación de promotores, que así evitaban tener que contratarlos. Ahora Inmuba se está planteando contratar con una asistencia técnica un arqueólogo durante dos años para que coordine con la Junta la actuación de pequeños promotores y realizar trabajos de asistencia arqueológica y seguimiento para la inmobiliaria.

REALOJOS / Por otro lado, Inmuba ha construido otras 5 viviendas en Concepción Arenal, una en Bravo Murillo y otras dos unifamiliares en San Lorenzo, todas para realojos. Buzo subraya el importante trabajo realizado «persona a persona». Ha comprado además una parcela de la que salen dos viviendas en la esquina de San Lorenzo con Peralillo. También se ha hecho la arqueología por extensión de la zona de la nueva plaza, los derribos de la calle Peralillo y quedan pendientes las últimas casas, las más próximas a La Galera, cuyo derribo lleva aparejado el vallado. El concejal apunta que se ha pospuesto hasta después de la Navidad.

La pasada primavera se convocó el segundo concurso de ideas con el Coade para el proyecto cercano a Espantaperros, del que resultan 35 viviendas y genera espacios públicos que no existían. Ahora están viendo si sacar al mismo tiempo la primera fase de urbanización. Ya está en trámites en el ayuntamiento. Chacón calcula que a finales del 2020 puedan contratar la obra. En total, unas 90 viviendas promovidas por Inmuba estarán en marcha a finales del 2020.

Desde que empezó esta actuación, la inmobiliaria ha invertido en adquisiciones 1.570.218 euros; 363.000 euros en derribos; 505.000 euros en la obra del baluarte de San Pedro; 128.000 euros en la conexión de las redes de agua; 102.000 en arqueología, 463.000 euros en los cinco proyectos de viviendas en marcha y 1.044.000 en las 17 de Concepción Arenal. El total suma 4.157.218 euros.