Un hombre de 33 años, que había sido detenido por atentando contra agentes de la autoridad, logró arrebatar el arma durante un forcejeo a uno de los dos policías nacionales que lo trasladaban al calabozo de la comisaría de Badajoz, a los que encañonó para acto seguido apretar el gatillo. Afortunadamente el arma, siguiendo el protocolo establecido por el cuerpo, no estaba cargada, por lo que los agentes no resultaron heridos y solo sufrieron algunos golpes «leves» al reducir al detenido para inmovilizarlo.

La delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco, confirmó ayer los hechos, que tuvieron lugar el domingo por la noche. La detención del hombre, que estaba pendiente de pasar a disposición judicial acusado de un delito de tentativa de homicidio y otro de atentado contra la autoridad, se produjo sobre las diez de la noche en la calle Somoza Rivera, en San Fernando, cuando, según fuentes de la Jefatura Superior de Policía, insultó y trató de agredir a dos policías locales que estaban patrullando por la zona. El acusado tiene numerosos antecedentes policiales.

Una vez en la comisaría, cuando los agentes se encontraban con el detenido en la zona previa de seguridad al calabozo, este cogió un banco metálico con la intención de golpearles con él y al tratar de reducirlo, fue cuando aprovechó para arrebatar a uno de ellos su arma reglamentaria, que llevaba dentro de la funda. La Policía Nacional explicó que antes de acceder a estas dependencias, por seguridad, los agentes se desprenden del cargador de sus pistolas y de su munición, precisamente para evitar incidentes como el ocurrido la noche del domingo.

La delegada del Gobierno se congratuló de que «afortunadamente» lo ocurrido se quedara en «un susto».