La policía local intervino el martes un centenar de kilos de fresas que un joven de 23 años estaba vendiendo en los alrededores del mercadillo, sin que pudiera presentar documentación alguna sobre la procedencia de la fruta cuando le fue solicitada por los agentes. La actuación se llevó a cabo sobre la una de la tarde y la mercancía fue requisada.

Ese mismo día, sobre las dos de la tarde, también se requisó la carga que transportaba en una furgoneta una mujer de 38 años por Ronda del Pilar. En este caso, la mercancía intervenida fueron panes, bollos, sacos de harina y otros derivados, que llevaba en un vehículo que no estaba acondicionado para el transporte de alimentos. La dueña de destruir en ese mismo momento los productos, ya que no era aptos para el consumo, según el veterinario. Los hechos fueron denunciados a Sanidad y Transporte de la Junta.