Agentes de la Policía Local de Badajoz intervinieron el pasado martes 300 kilos de fresas del interior de una furgoneta procedente de Huelva que iban a venderse en el mercadillo, a pesar de no contar con la licencia necesaria para ello.

Al parecer, las fresas no habían podido ser vendidas entre los vendedores autorizados, por lo que intentaron ofertarlas directamente al público, lo que costó una sanción al propietario de la mercancía, que fue multado por incumplimiento de la ordenanza de venta ambulante.

Según fuentes policiales, los inspectores de sanidad de la Junta de Extremadura dieron la orden para que la mercancía intervenida se destruyera.

El pasado año, la Policía Local intervino 6.890 kilos de frutas, casi el doble que en el 2009.