En el interior de bolsas de basura amontonadas en el maletero del coche. Así halló el martes la Policía Local de Badajoz 220 kilos de carne de pollo que tenían como destino una pollería de la localidad pacense de Azuaga. La mercancía había sido trasvasada poco antes desde un camión frigorífico de una empresa portuguesa a un vehículo particular en la zona conocida como Malos Caminos, en las proximidades del estadio Nuevo Vivero.

Fue un ciudadano quien una semana antes había alertado a la policía tras observar en más de una ocasión esta misma operación en el citado paraje. Agentes de la Unidad de Cometidos Espaciales y Consumo (Uceyc), con apoyo del grupo operativo Charly, establecieron entonces un dispositivo de vigilancia y, tras varios días, pudieron comprobar la veracidad de los hechos: antes de las 8.30 horas un camión procedente del municipio luso de Leiria llegó a la zona y minutos después lo hizo un turismo, cuyos conductores procedieron a descargar los pollos, introducirlos en bolsas de basura y colocarlos en el maletero del coche --sin ningún sistema de refrigeración--.

Para conocer el destino de la mercancía, los agentes siguieron al conductor del turismo, al que dieron el alto en la carretera de Sevilla tras percatarse de que iba a abandonar la ciudad. Aunque esgrimió algunas excusas, finalmente reconoció que el destino de la carne era una pollería de Azuaga. La intervención de la mercancía se realizó en presencia de técnicos de los servicios veterinarios de la Junta, que denunciaron al hombre por incumplir la normativa en materia de manipulación, conservación y traslado de productos alimentarios para el consumo humano.

Según explicaron fuentes policiales, la carga del camión frigorífico se encontraba "en perfectas condiciones", con registro sanitario y era apta para el consumo, pero fue el modo de trasvasar la mercancía y su traslado sin las condiciones higiénicas mínimas las que "contaminaron" la carne, que se destruyó esa misma mañana por orden de los veterinarios.

El conductor del camión fue interceptado en la avenida de Elvas, cuando seguía con su ruta de reparto, y denunciado por carecer de carné de manipulador de alimentos y por ejercer la venta ambulante (sí entregó un albarán al comprador).