"Las personas sin hogar comprobamos día a día que los derechos de los que deberíamos gozar de forma normalizada y sin percances nos son negados en la práctica en multitud de ocasiones. Y así nuestra dignidad como seres humanos está continuamente disminuida y olvidada. Y nos preguntamos: ¿Es digno ser invisible a los ojos de los demás? ¿Es digno ser un número, un expediente? ¿Es digno el rechazo? ¿Es digno que te quiten de en medio con un billete para que te vayas a otro pueblo? Y respondemos: no, no lo es?".

Con estas preguntas comenzaba el manifiesto que ayer leyó Francisco en el paseo de San Francisco, para expresar la situación en que se encuentran tantas personas que viven en la calle sin que los demás les presten atención. "Queremos dejar de ser invisibles, ser ciudadanos de pleno derecho", reclamó al término de una sentada en la que se concentraron medio centenar de personas, la mayoría relacionadas con el Centro Hermano (personal y acogidos), vestidos de negro y con caretas blancas para sensibilizar a los transeúntes sobre los problemas de los sin techo , cada uno de los cuales tiene nombre y apellidos.

Llamada de atención

Esta misma convocatoria se repitió en muchas otras ciudades de España donde hay centros de acogida, incluidas de Extremadura, como Mérida, Cáceres, Plasencia y Don Benito, donde se hicieron "llamadas de atención" para que las personas sin hogar "puedan ser algún día personas normalizadas", reclamó el director del Centro Hermano de Badajoz, Pedro Herrera.

"Pretendemos --expresó Herrera-- que la ciudadanía se conciencie de que estas personas tienen los mismos derechos que los demás". Y ahora quieren ser escuchados. Según Herrera, si se ha llegado a esta situación, en la que hay muchos que caminan por la calle sin ver a quienes viven en ella porque no tienen dónde ir, se debe a que "la sociedad actual peca de excesivo individualismo. Antes había muy poca gente viviendo en la calle porque las familias los acogían solidariamente". Herrera recordó el caso de un joven que hace unos días llegó al Centro Hermano, llevaba dos años en Extremadura y quería volver con su familia, se hizo un intento pero lo rechazaron a pesar de que ya se ha desenganchado de las drogas. "El abandono familiar es lo que determina que una persona viva en la calle", insistió.

Es difícil saber cuántos sin techo hay en Badajoz. El Centro Hermano dispone de 28 plazas y normalmente están ocupadas. Algunos días tienen que derivar a demandantes a otros centros.

El año pasado acogieron ( a 1.066 personas. En lo que va del 2011, un millar. Según explicó Herrera, están alargando más los tiempos de estancia, con una media de 17 días, porque pretenden que quienes llegan al centro "encuentren un revulsivo que les haga iniciar un proceso para salir de la situación en la que se encuentran".

Por eso, hay menos acogidos "pero hay más eficacia, porque no salen del centro a otro centro o a la calle y nosotros lo que pretendemos es recuperarlos para esta sociedad de la que forman parte".

Frente a los que piensan que estas personas están en la calle por propia voluntad, Herrera apuntó que "un altísimo porcentaje quieren salir de la calle, pero no tienen habilidades, porque las han perdido". "Nadie quiere estar en la calle conscientemente", subrayó.