Desde que se corrigió la curva de acceso a la rotonda de Isabel de Portugal por la carretera de Olivenza en dirección al centro de la ciudad, no ha habido más accidentes en esta glorieta que venía siendo uno de los puntos más preocupantes del casco urbano, siempre en la misma dirección, normalmente de madrugada y en muchas ocasiones con conductores ebrios. El Ayuntamiento de Badajoz, tras un estudio realizado por la Policía Local, inició a principios del pasado mes de diciembre la obra, que ha consistido en modificar el acceso, ensanchando el final de la mediana de la carretera y desplazando el acerado hacia la derecha para abrir en este sentido la curva, de manera que los vehículos que llegan a este punto tienen que iniciar el giro a la derecha para entrar en la rotonda si no quieren subirse a la mediana. Esta modificación se vio reforzada pintando de amarillo el borde de la mediana.

De momento la solución parece efectiva aunque el concejal de Tráfico, Germán López Iglesias, prefirió ayer no lanzar las campanas al vuelo, hasta que no compruebe qué pasa en los próximos meses, pues suele haber más problemas en la temporada en que están abiertas las discotecas de verano. En los tres primeros meses del año no ha habido ningún accidente, lo que contrasta con las preocupantes cifras que esta glorieta ha protagonizado desde que se inauguró en junio del 2002.

Hasta finales del 2006 hubo 69 accidentes contabilizados, siempre en la misma dirección, desde la carretera de Olivenza al centro y nunca en sentido contrario. En 51 solo hubo daños materiales, pero 18 resultaron con heridos, e incluso un joven murió ahogado (en diciembre del 2006) cuando su coche sobrevoló la fuente y quedó volcado en la cubeta.

El ayuntamiento no ha dejado de buscar soluciones, aunque siempre ha transmitido el mensaje de que la prudencia en la conducción era la más aconsejable. Se colocó un semáforo previo a 50 metros que avisa de la rotonda, señales de limitación de velocidad, un paso de peatones elevado y una señal denominada sargento en el cruce y hasta se pusieron bandas de caucho para obligar a reducir la velocidad. Los accidentes seguían ocurriendo. El sucedido el 17 de junio del 2007 batió el récord porque el coche que lo protagonizó voló 25 metros hasta quedar volcado en el vaso interior, donde afortunadamente no había agua y el conductor no sufrió daños de gravedad.

En julio de ese año el entonces concejal de Tráfico, José Antonio Monago, reconoció que la glorieta tenía "un problema de tangente" pues debería estar más desplazada hacia la derecha. Por eso se pensó en rectificar y abrir más la mediana hacia la derecha y así evitar que los coches siguierann de frente.

El último accidente en Isabel de Portugal ocurrió el 11 de diciembre pasado, cuando un conductor ebrio se coló con su coche en la fuente de madrugada. Para entonces el ayuntamiento ya tenía elaborado el proyecto de la última solución ideada, que de momento está dando sus frutos.

La concejalía de Tráfico también se planteó en su día colocar un radar para medir la velocidad con la que los vehículos entran en esta rotonda, y aunque esta decisión no se ha llevado a cabo, López Iglesias no descarta hacerlo. "Ya llegará el día en que se ponga", señaló.