"Voy a dibujar un paisaje de Oliva, el pueblo de mi novio José Antonio. Es un homenaje a mi novio". Así explicaba ayer una enamorada Marta qué iba a pintar en el concurso organizado en el parque de Castelar por la Fundación Solidaridad Carrefour con un doble objetivo: conmemorar el Día Mundial del Medioambiente y favorecer la integración de las personas con discapacidad.

Como Marta, cerca de un centenar de jóvenes con discapacidad y escolares del colegio Santo Angel plasmaron sobre el papel su percepción del entorno natural que les rodea. Soles, corazones, árboles verdes y frondosos, el arco iris, las nubes, los pájaros y hasta los patos del estanque de Castelar aparecían en sus dibujos.

Miguel Angel se esmeraba en pintar un sol amarillo junto a un gran corazón rojo mientras contaba que él aporta su granito de arena a la causa medioambiental cuidando de "las macetas del jardín de mi casa". Otro de sus compañeros, Juan Luis no tenía muy claro qué dibujar, pero estaba encantado en Castelar. "Es muy bonito", decía con una sonrisa.

Este es el tercer año que las asociaciones miembros del Comité Estatal de Representantes de Personas con Discapacidad, Cermi, de Extremadura, participan en el proyecto Capacitados para cuidar el medioambiente , aunque ha sido la primera vez que han asistido escolares sin discapacidad, según explicó Marcos Bellido, director de Carrefour.

Jesús Gumiel, presidente de Cermi Extremadura, destacó "la relevancia" que para el colectivo tiene esta iniciativa al impulsar la integración social de los discapacitados en un entorno natural. "Para nosotros es fundamental ganar la calle y realizar actividades al aire libre", dijo.

Pequeños y mayores participaron también en juegos y un taller de reciclaje de Adenex y recibieron la visita el primer teniente de alcalde en funciones, Alejandro Ramírez del Molino, que felicitó a la organización y recordó la responsabilidad de las instituciones para favorecer la integración de los discapacitados, un colectivo que conoce de cerca porque tiene un nieto con síndrome de Down. "Al principio es duro, pero luego se encaja y toda la familia rodea al niño, que es tremendamente cariñoso", reflexionó.