La propuesta del delegado del Plan Nacional Sobre Drogas de multar a los padres si sus hijos se emborrachan hasta caer en coma etílico coincide en Badajoz con la polémica de donde ubicar de nuevo el botellón.

Una vez más los directivos del Badajoz 1905 denuncian las consecuencias "bochornosas", como ha dicho su Presidente, que tiene la concentración de cientos de jóvenes en el entorno del Nuevo Vivero que cada domingo amanece con nuevos destrozos, suciedad, pintadas u orines por todos los rincones.

Por supuesto que el ayuntamiento tendrá que tomar medidas para conservar las instalaciones del campo de fútbol y preservar la imagen de la ciudad ante los que nos visitan; pero la solución al problema del botellón no es buscar el lugar idóneo para ubicarlo sino el intentar responder al por qué produce tan nefastas consecuencias.

Y las respuestas podríamos edulcorarlas de muchas maneras, pero el problema que subsiste tras el botellón sigue siendo el consumo de alcohol entre los más jóvenes.

En España la edad del inicio del consumo de alcohol está en los 13,7 años de edad. Y entre los jóvenes de entre 14 y 18 años, consume alcohol el 75%. ¿Esto es culpa de los padres, como parece pretende decir el gobierno con las multas a los progenitores? Menos mal que sólo se sancionará si llegan al coma etílico. Será que un niño si se emborracha todos los sábados pero no llega a ese estado de inconsciencia no es tan grave.

Ironías al margen, estoy segura que hay padres que no ejercen correctamente la tutela de sus hijos. Pero también debería haber más vigilancia y sanciones para aquellos que siguen viendo un negocio en la venta de alcohol a los jóvenes que van al botellón.

Probablemente sean necesarias las sanciones para todos aquellos que no cumplan sus obligaciones, pero con todo el dinero que recauden yo les sugeriría la puesta en marcha de acciones de educación para la prevención e invertir más en formación de padres y jóvenes.